Las obras asfixian a los comerciantes de la zona

La cara oculta de la Gran Vía

El proyecto para la remodelación de toda la zona de la Gran Vía tiene dos caras bien distintas. La primera es la de las obras para la construcción de un gran espacio en el centro de la ciudad que va cambiar totalmente un lugar emblemático; la otra, la oscura, refleja las consecuencias y los daños colaterales que estas obras están produciendo y que se prolongarán por espacio de un año.
 

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photo_camera Vista de las obras de la Gran Vía (C.A.)

Este proyecto vio la luz envuelto en una gran polémica. Tanto el Gobierno como los partidos de la oposición se han estado tirando los trastos a la cabeza. Muchos, incluidos colectivos vecinales y agentes sociales, han venido poniendo el acento en que las obras de remodelación son innecesarias. Las críticas se han visto justificadas por las necesidades y carencias existentes sobre todo en las barriadas.

El Gobierno local, por contra, ha defendido la idoneidad de acometer esta gran obra, que dotará a la ciudad de un lugar para el disfrute de todos los ceutíes.GRANVIA3

Bajo este clima, el Ejecutivo realizó la puesta en escena para conocer el proyecto. Un excelente trabajo audiovisual sirvió de base al autor del proyecto para aplicar a los asistentes a aquel acto todos los detalles, desde las explicaciones de fabricación de una farolas exclusivas, como la nueva parada de taxis hasta las pédidas de plazas de aparcamientos en toda la zona afectada.

El proyecto echó a andar y las pesadas máquinas invadieron la Gran Vía. Comenzaron los transplantes de árboles y el derrumbe y destrucción del asfaltado. La parada de taxi fue ubicada en otro lugar y la zona ha quedado contenida dentro de un vallado que hace complicado transitar por una zona que antes acogía el devenir diario de cientos de personas y de vehículos.

Las consecuencias y los daños colaterales no han tardado en aparecer. Las obras de la Gran Vía, sin temor a equívoco, están asfixiando al tejido empresarial y comercial de la zona. Y todo ello en unos momentos en los que la economía y el comercio ceutí libra una gran batalla para seguir subsistiendo.GRANVIA2

Según el testimonio de comerciantes de la zona, las pérdidas se sitúan entre un 30 o un 40% con respecto al año anterior. Las alarmas no paran de sonar y algunos empresarios ya explican que están tirando de sus reservas para hacer frente a los gastos fijos que tienen sus negocios.

Las cafeterías apenas si tienen mesas en sus terrazas, ya que se han reducido los espacios donde instalarlas. Ya no existe la bulla de hace pocos meses y los clientes se deciden por otras opciones para hacer sus compras o simplemente para tomar un café.

Según e testimonio de un hostelero, la situación ya ha sido comunicada a los responsables de Hacienda de la Ciudad, aunque aún están a la espera de una respuesta sobre una posible solución para aliviar su situación. Algunos se quejan de que las autoridades no hayan tenido en cuenta en un proyecto tan millonario los daños colaterales que se derivarían de la ejecución del mismo.

Y lo peor del caso es que mientras las máquinas siguen trabajando en la zona y llenando la misma de un ruido ensordecedor, los comerciantes siguen esperando a que la Administración local se acuerde de ellos.