El repunte de casos de coronavirus vivido en la ciudad este mes de agosto presenta una derivada económica que a nadie escapa. La decisión de las autoridades de adoptar medidas más estrictas para prevenir la expansión del virus ha supuesto para muchos negocios de la ciudad un golpe inesperado.
El caso del sector del ocio nocturno, al igual que sucede en el resto del país, es el que mejor ejemplifica las consecuencias que la lucha contra la pandemia tiene sobre las actividades económicas. La compleja situación por la que atraviesan unos negocios que fueron los últimos en abrir tras el fin del confinamiento y que ahora se convierten en los primeros en cerrar por orden de las autoridades sanitarias ha sido denunciada en Ceuta por la Cámara de Comercio y la Confederación de Empresarios.
Las organizaciones empresariales se han mostrado contundentes a la hora de exigir a la Ciudad que preste ayuda a los negocios más afectados. Básicamente, los empresarios reclaman la prolongación del apoyo económico brindado por el programa “Ceuta Resiste” a autónomos y pymes y la exención en el pago de tasas.
El programa “Ceuta Resiste”, aprobado en el pleno de la Asamblea, contemplaba un sólido plan de ayudas para las empresas ceutíes golpeadas por la crisis del coronavirus.
Mientras los empresarios reclamaban a la consejera de Economía y Hacienda, Kissy Chandiramani, más ayudas y menos impuestos, el Gobierno local se mostraba públicamente dialogante. “Somos sensibles y todas las peticiones serán estudiadas”, aseguraba el pasado viernes el portavoz del Gobierno, Alberto Gaitán.
Pese a estas manifestaciones, la Ciudad considera que el esfuerzo económico contenido en el programa “Ceuta Resiste” ha supuesto un respaldo al empresariado local nada desdeñable. El propio Gaitán subrayaba que muchos de los empresarios del ocio nocturno siguen recibiendo ayudas públicas costeadas por las arcas municipales. Además, desde el Gobierno no olvidan que el programa prevé moratorias en el pago del IPSI y bonificaciones del 20% sobre las tasas por la prestación de servicios que integran el denominado “recibo único del agua”, esto es, abastecimiento de agua potable, alcantarillado, recogida de residuos sólidos urbanos y depuración de aguas residuales.
