INSEGURIDAD EN EL POBLADO MARINERO

"Esto es como el salvaje Oeste"

La comunidad de propietarios de los locales del Poblado Marinero denuncia que la falta de seguridad en el recinto pone en peligro la viabilidad de un proyecto de ocio que, en la actualidad, mantiene unos 140 puestos de trabajo. Los empresarios califican de "intolerable" la situación que desde hace meses se vive en el complejo. Según aseguran, el Poblado se ha convertido en lugar de encuentro de jóvenes delincuentes, muchos de ellos menores. 

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photo_camera Locales de ocio radicados en el Poblado Marinero/ ANTONIO SEMPERE

“Esto es como el salvaje Oeste”. Armando Díaz, presidente de la comunidad de propietarios de los locales radicados en el Poblado Marinero, se confiesa superado por la situación de inseguridad que se vive en el complejo. El empresario denuncia que las agresiones, los robos y, en el mejor de los casos, la violencia verbal se han convertido en un escenario cotidiano para quienes mantienen abierto un establecimiento en el recinto.

La comunidad considera que la escasa vigilancia policial desplegada en la zona es la responsable de que la falta de seguridad se haya apoderado del Poblado. “Es un problema antiguo, pero ha sido ahora cuando se ha convertido en intolerable”, protesta Díaz. Los empresarios critican que la presencia de la Policía Local se haya convertido prácticamente en testimonial. Según explican, los agentes de la Unidad de Intervención Rápida (UIR) del cuerpo fueron retirados hace tiempo del servicio en el complejo de ocio debido a algunos incidentes en los que su actuación fue reprobada. La labor de la Policía Nacional tampoco resulta suficiente para atajar el problema, a juicio de los hosteleros.

menorUn menor duerme entre cartones en el Poblado/ CEDIDA

“Los agentes vienen a eso de las cinco de la mañana para decirnos que hemos de cerrar, pero después se van –continúa el presidente de la comunidad- Y es entonces cuando nos quedamos solos ante los altercados que empiezan a producirse en la calle”.

Los propietarios exigen una mayor atención de las fuerzas de seguridad sobre un recinto que sólo la pasada Nochebuena llegó a reunir a unas 5.000 personas. Precisamente, ese día los bomberos hubieron de intervenir para extinguir un fuego intencionado en unos contenedores.

 

Víctimas de agresiones

Algunos dueños de locales ya han vivido en sus propias carnes la violencia que llega a desatarse en el recinto. Uno de los jóvenes propietarios del Poblado hubo de ser hospitalizado el pasado agosto después de recibir una brutal paliza a las puertas de su establecimiento. Otro de los empresarios, cuyo local apenas ha cumplido un mes desde su apertura, era víctima la pasada semana de otra agresión a manos de dos individuos, uno de los cuales ya había ocasionado destrozos en el establecimiento el día anterior por valor de 800 euros.

El complejo se ha convertido en lugar de encuentro para muchos jóvenes delincuentes que han descubierto en el Poblado un lugar ideal para cometer sus excesos. Muchos de ellos, menores de edad, llegan, incluso, a dormir en el recinto bajo la única protección de unos cartones. “La inseguridad no sólo se limita a la noche, sino que es un estado que se mantiene durante todo el día; y frente a esto no podemos hacer nada”, se lamenta el presidente de la comunidad.

Los afectados han remitido sendos escritos a la Ciudad y la Delegación del Gobierno exponiendo sus preocupaciones y solicitando una actuación inmediata para atajar el problema. A la espera de una respuesta, los hosteleros barruntan que, de no adoptarse medidas, el recinto está condenado a arrastrar una mala fama que acabará por conducir al cierre a no pocos negocios. En la actualidad, sólo permanecen abiertos ocho locales nocturnos, una cifra muy inferior a la que el Poblado llegó a conocer no hace mucho.

La comunidad aglutina en la actualidad a unos 40 propietarios que mantienen una amplia oferta empresarial que, además de los establecimientos nocturnos, incluye restaurantes, academias de enseñanza, oficinas, salas de cine… Esta actividad económica sostiene unos 140 puestos de trabajo.

“Todo está en el aire, pues si la inseguridad se mantiene, nadie querrá venir al Poblado –concluye Díaz- Se están cargando la que nació como la principal zona de ocio de la ciudad”.