Como muestra, la calle Millán Astray. Si bajamos y giramos la vista a la derecha encontramos tres negocios que se han ido a pique, una tienda de regalos "Mis detalles" y dos restaurantes "La tapería" y "La brasería". No hay ni cincuenta metros de una punta a otra. 
Dos crisis seguidas están provocando un seísmo comercial en la ciudad y el cartelito de "Se alquila" lo vemos por triplicado en este caso. Ni la hostelería ni la tienda de regalos han resistido a tanta sequia de ventas. Y así en muchos otros puntos de Ceuta.
La crisis fronteriza ya fue difícil y no se superó, ahora la pandemia que arrasa el mundo desde marzo no tiene fecha de finalización. La economía ceutí se tambalea y las familias que dependen de un negocio las están pasando canutas. Sólo confían en que desde las administraciones se haga política eficaz. 
Ver para creer lo que Ceuta fue en otros tiempos y en lo que puede convertirse si las autoridades y los gobiernos no ponen las medidas para que la imagen que siempre tuvimos de la ciudad no se vaya a negro, aunque ya vamos tarde.
