No despreciemos la sensibilidad de Vivas, es su genio para afrontar la terrible pandemia

Queda pandemia, habrá sufrimiento, pero Ceuta quiere de su presidente, la única autoridad local que en esta situación tan indeseable ha cogido las riendas, que siga optando por el buen juicio, por dar la cara y no delegarlo todo. Y si demuestra sensibilidad, mejor

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photo_camera Juan Vivas, presidente de la Ciudad (C.A./ARCHIVO)

Nunca imaginó el presidente de la Ciudad que le tocaría vivir una “batalla  tremendamente difícil” cómo el mismo denomina a la actual situación de pandemia.

Por experiencia puede hablar y lo hace. No así otros y otras más o menos de su quinta. Parece adecuado que una autoridad ponga sentimiento y no sólo ideología en temas de salud. Es de agradecer que Juan Vivas comparezca en momentos tan delicados y lance, en medio de la confusión y del miedo que nos atenaza, un mensaje de esperanza y de ilusión que automáticamente dirige a todos, a hombres y mujeres, a mayores y menores, sin distinción. Sin quitarle hierro al asunto pero dando aliento.

Que utilice sus años de estancia en la Asamblea para aliviar a los ceutíes es un mérito que debemos darle, le salgan o no los números. Esa es otra cuestión porque ya terminarán saliendo.

En pandemia no hay que ser radical ni ultra. ¿A quién le importa ahora los extremos? Importan las vidas. Estar sano. Los cuidados, nuestros mayores.

Lo importante es que se gestione bien sea del partido que sea el gestor tocante. Vivas está cumpliendo con esa cualidad. Podrá vencerse antes o después al virus pero él se ha armado para ser el capitán del batallón.

La humanización que asoma en los mensajes de Vivas en este tiempo de pandemia mundial llega al receptor y tiene su efecto anestésico. No son pocos los ceutíes que se habrán dado cuenta del valor que esto tiene.  

Errores, muchos. Aciertos, los hay y creemos que tienen que haber más. Pero Vivas existe, está en las buenas y en las malas, y parece que todavía le quedan fuerzas para demostrar que su paso por la política no ha sido un avatar más.

El covid-19 ha puesto al presidente en un aprieto político y personal. Un reto que tiene que afrontar y que hoy por hoy sobrelleva con aparente calma y cordura. Eso es lo que transmite el presidente en medio de un desasosiego generalizado por la declaración de emergencia sanitaria. Otros, sin embargo, andan apretados y apretadas.

El virus aparece cuando la institución iba reduciendo su deuda y los trabajadores y empresarios perdían su primera batalla por la crisis del cierre fronterizo de Marruecos. Ahora, la batalla es otra y más cruel. De Vivas dependen las grandes decisiones, con cogobernanza o sin ella, y dejemos el palabro a un lado porque no hay otra.  

Queda pandemia, habrá sufrimiento, pero Ceuta quiere de su presidente, la única autoridad local que en esta situación tan indeseable ha cogido las riendas, que siga optando por el buen juicio, por dar la cara y no delegarlo todo. Y si demuestra sensibilidad, mejor.  

Como dijo el poeta y ensayista francés, Baudelaire: “No despreciéis la sensibilidad de nadie. La sensibilidad de cada cual es su genio”.