CONTRA EL FRACASO ESCOLAR EN CEUTA

La educación, un servicio público ineficiente

Una aproximación inadecuada a la singularidad de la sociedad local, marcada por la diversidad cultural y las desigualdades económicas, unida a la aplicación de políticas de austeridad y restricción presupuestaria durante la crisis, han convertido la educación en Ceuta en un servicio público manifiestamente ineficiente. Las elevadas tasas de fracaso escolar que registra la ciudad comprometen su futuro y, probablemente, su estabilidad social.

Ortega Y Gasset (4)
photo_camera Aula vacía del colegio Ortega y Gasset/ ANTONIO SEMPERE

Habrá quien interprete que sobre la Ciudad Autónoma de Ceuta pesa una suerte de maldición, un mal fario enconado que, de seguro animado por una malquerencia de la ciencia estadística, sitúa siempre a esta pequeña localidad norteafricana a la cola de la mayoría de las clasificaciones que se incluyen en investigaciones, estudios o sondeos. Quien así piense, hallará motivos para renovar su indignación en la lectura del documento “Informe 2015 sobre el estado del sistema educativo”, elaborado por el Consejo Escolar del Estado.

Los autores de estas páginas constatan que las aulas de Ceuta reúnen el mayor porcentaje de repetidores de todos los territorios españoles entre los estudiantes de educación primaria. Concretamente, un 4,5%, 3,5 puntos por encima de la estimación elaborada para Cataluña. Los datos referentes al resto de los niveles de enseñanza obligatoria no son mucho más alentadores.

Para que el enojo del paranoico lector que hemos inventado para introducir este texto se aquietara bastaría con recomendarle un cambio de lectura. El informe “Iluminando el futuro”, patrocinado por la organización Save The Children, podría figurar entre las sugerencias bibliográficas más convenientes para nuestro excitado amigo. Ello si damos por supuesto que nuestro propósito es, realmente, procurar convulsiones y espasmos a este descreído de la ciencia estadística.

Save The Children cifra la tasa de abandono escolar temprano en la ciudad en el 33%, la más alta del país junto a Melilla. La previsión de la Unión Europea de que sus estados miembros alcancen en 2020 un porcentaje del 33% de provisión de servicios educativos y de cuidados para niños de 0 a 2 años  parece quedar lejos de las posibilidades de Ceuta. La Ciudad Autónoma y Canarias se hallan en la actualidad en niveles que no alcanzan el 10%.

La puesta en cuestión de la calidad y eficiencia de la educación en Ceuta han sido una constante desde tiempo inmemorial. Ya en 2002, el porcentaje de alumnos lastrados en su formación por el fracaso escolar se cifraba en el 47,3%. Pero, ¿qué incidencia ha podido tener la crisis económica desatada en 2008 y, más concretamente, la respuesta que nuestros gobiernos nacionales han ofrecido para combatir esta situación excepcional?

 

Recortes y otras consideraciones

Los sindicatos parecen establecer una relación inequívoca entre la aplicación de políticas de austeridad y la pérdida de calidad de los servicios educativos con la consiguiente precariedad de sus resultados. El responsable nacional de CSIF-Educación, Mario Gutiérrez lo refrendaba esta misma semana en Ceuta. A su juicio, los recortes han traído consigo una reducción de las plantillas docentes que ha corrido paralela al incremento en las cargas de trabajo de estos profesionales derivada de la elevación de la ratio de alumnos por clase. “Esto hace imposible que los profesores trabajen en los refuerzos o que brinden apoyo a los alumnos con problemas, lo que incide en las tasas de repetición”, razona Gutiérrez.

Según datos del propio Ministerio de Educación, desde el curso 2010-2011 las ratios en educación infantil y primaria han crecido del orden de dos puntos, mientras que en las aulas de secundaria rondan los cuatro puntos. Las autoridades educativas reconocen que en Ceuta más del 80% de las clases de primaria y el 70% de las de infantil manejan ratios de alumnos por encima de lo deseable.

La sensibilidad del servicio público de la educación ante las restricciones presupuestarias se suma en el caso de Ceuta a las servidumbres inherentes a una sociedad caracterizada por la diversidad cultural y la desigualdad económica. Un reciente estudio del Instituto Elcano hacía hincapié en la situación de la población de origen musulmán, a la que caracterizaba como un grupo humano que reside en peores viviendas, sufre mayores índices de fracaso escolar que el resto y presentan porcentajes menores de actividad y ocupación.

Un indicador significativo lo ofrece el trabajo del sociólogo Carlos Rontomé “Ceuta, convivencia y conflicto”, publicado en 2012, que cuantificaba la tasa de fracaso escolar entre los musulmanes en el 80%. Según el profesor Rontomé, el abandono temprano y el fracaso escolar serían los dos rasgos más característicos de la población escolar musulmana. Y junto a ello, continúa el investigador, resultaría necesario consignar su mínima presencia en los tramos superiores del sistema educativo.

Sean cuales sean los factores que expliquen la explosiva situación de la educación en Ceuta, la principal ventaja con la que parten los servidores públicos y los profesionales de la docencia empeñados en buscar una salida reside, precisamente, en la evidencia de la magnitud que ha adquirido el problema. Nadie niega ya que constituye uno de los principales retos que afronta la sociedad ceutí.