El descanso es siempre necesario, pero combinado en un plazo tan extenso de tiempo como es el verano con actividades de provecho que, a ser posible, los pequeños compartan con amigos o familiares. En este sentido, el juego es siempre una excelente opción, pero hay muchas formas de convertir este entretenimiento en una oportunidad eficaz para repasar todo lo aprendido en el curso escolar ya terminado y de aprender cosas nuevas. No consiste en sentar al niño en una mesa y ponerle a hacer deberes. De hecho, la Fampa ya ha denunciado la sobrecarga de deberes escolares en casa durante el curso. Por eso, proponen trabajar las competencias básicas. Se trata de una iniciativa de la comunidad europea cuyo fin es mejorar la calidad de la enseñanza impartida en los centros europeos asegurando una formación mínima común entre todos los estudiantes de la unión e impulsando un aprendizaje más práctico y funcional. Más concretamente, las competencias bien podrían ser definidas como aquellos conocimientos y habilidades que nos dotan de la cultura común imprescindible, que debe adquirir un ciudadano y el alumnado en su etapa escolar para resolver tareas de la vida real que le hagan más culto, libre y responsable.
Y para su puesta en práctica la Fampa propone a través de su página web una serie de actividades distribuidas por meses y para realizar en familia. A agosto le corresponde a la autonomía e iniciativa personal. Con esta competencia se pretende, por un lado, tomar decisiones con criterio y desarrollar la opción elegida asumiendo las consecuencias así como la adquisición de la conciencia y la aplicación de valores y actitudes tales como la responsabilidad, perseverancia, autonomía, autoestima, creatividad, autocrítica, iniciativa, control emocional, cálculo de riesgos y afrontamiento de problemas, capacidad para aprender de los errores y asumir riesgos para desarrollar proyectos propios responsabilizándose de ellos. Su finalidad es promover una persona activa y responsable en su pensamiento y acciones.
Entre las actividades propuestas destacan, por ejemplo, realizar un crucigrama en familia, hacer una receta de otro país, ayudar en la preparación de la cena, leer un cuento y comentarlo después, acudir a un museo o ayudar a hacer la compra. Actividades para realizar en familia y donde el niño se siente parte del entorno y de su día a día.
