Primer día de clase del curso 2020-2021 para los alumnos de 6.º de primaria e infantil de cinco años en el colegio Andrés Manjón. Un primer turno de 14 niños en 6A, 13 en 6B y otras dos clases de Educación Infantil que también han iniciado la actividad este jueves. Luego, a las doce, el segundo de los turnos.
Media hora antes de las ocho de la mañana ya hay en la puerta un chico de sexto, el primero en llegar, Karam. "Me he levantado a las siete de la mañana. Quería venir al colegio". El joven tiene la lección aprendida: "No puedo acercarme mucho a los compañeros. He traído una botella de agua y gel desinfectante". Karam tiene 11 años, reconoce que está un poco nervioso y del virus piensa que "es muy malo". Se queja de que "no hay vacuna todavía".
Una madre no esconde los nervios. Tiene dos hijos en el centro, uno en primero y otro en sexto. "Le he dicho que no se quite la mascarilla, que no toque nada y siempre con su gel en la mano". El virus impone, pero según su madre el de sexto es un chaval "muy fuerte". Confía plenamente en el buen hacer del personal del colegio. Su hijo, Manuel, está con ganas de ver al "profe" y va preparado. Le gusta el turno y dice que está bien que sean menos horas de clase, este año tres cada día.
Otro padre nos dice que del virus se habla en casa y que es un asunto que con cuidado se supera. "Hay que tener mucha precaución, subraya".
A las ocho en punto se produce la entrada escalonada en el centro. Sin aglomeraciones, guardando las distancias de seguridad, poco a poco. Arriba Primaria, abajo Infantil.
Subimos a una de las clases de 6.º de primaria. Vemos al maestro dando la bienvenida a los chicos, a los que conoce del curso pasado y a los nuevos. José Manuel Martínez cuenta que "estoy muy contento porque tenía muchísimas ganas de empezar a ver a los chavales. Durante el confinamiento ya mantuve contacto con ellos por videoconferencia".
Recuerda la importancia de preservar este curso la salud de los niños y la de todos. Afirma que lo importante es que los chicos se aprendan bien todas las rutinas "aunque ya los he visto esta mañana muy concienciados. Tenemos que pensar que somos una familia y que lo que afecta a uno nos puede afectar a todos".
Asegura que son los mayores, que conocen el centro y confía en su responsabilidad. "Llevo tres años con ellos y van a tener mucho cuidado".
Entre las normas están que cada uno tiene su espacio de trabajo y que no podrán moverse de su mesa salvo para lo estrictamente necesario. Tienen su botella de agua y vamos a trabajar mucho en la organización. El material, cada uno en su cajón.
La directora del CEIP Andrés Manjón es María Luisa Abarca: "Es el primer día y estamos con muchas ganas después de tantas cosas hechas y por hacer. Ya nos tocaba ver la cara de los niños. Se ha corrido en exceso y empezamos sin todo lo prometido. Empezamos con ganas pero con falta de medios, sobre todo de personal". 
Los cursos se han duplicado con el mismo número de maestros. Organizar horarios así es muy difícil, puntualiza María Luisa Abarca. "Contamos con la buena voluntad de los tutores", dice. "Vamos a apañarnos como podamos hasta que llegue lo que tiene que llegar. Nos metemos todos a una y pidiendo a todos los hados que no se ponga nadie malo, porque empezaríamos con los problemas". A día de hoy no hay certidumbre tampoco, asegura María Luisa Abarca, "no hay riesgo cero".
El objetivo número uno son los niños y Abarca espera que no se ponga malo ningún profesor. La higiniezación, la desinfección, el cuidado, las normas básicas...es lo que prima. Los contenidos son una preocupación pero no es lo más importante ahora. Apostaremos porque el niño no pierda los conceptos básicos para su avance. "Esfuerzos hacemos, milagros todavía no", remarca la directora.
Para empezar, todo ha sido en el "Andrés Manjón" como estaba previsto.
