Ana María Mesa es, probablemente, una de las dirigentes vecinales más activas y ocupadas de la ciudad. Bajo su responsabilidad queda el distrito que conforman Azcárate, Maestranza y Molino, una extensa zona del centro de la ciudad.
La presidenta de la asociación reconoce unos comienzos duros, en lo que prácticamente hubo de sacar adelante la gestión de la entidad en solitario. “Después empezó a venir gente para colaborar, cada vez más –explica Mesa- La gente ha de concienciarse que las barriadas necesitan de la colaboración de los vecinos”.
Una de sus cuitas sin solución, por lo menos hasta ahora, es la del estado de la Plaza de Azcárate y su parque infantil. Mesa se queja de que los comportamientos incívicos de los más jóvenes no ocasionan más que dolores de cabeza a su directiva. “Además de la renovación del parque, que ya la hemos pedido, reclamamos más vigilancia pues, a partir de determinadas horas, no tenemos más que problemas”, demanda.