El candidato a la presidencia de la Ciudad Autónoma por el PSOE, Juan Gutiérrez, recorre Hadú saludando a diestra y siniestra, recibiendo ánimos y apoyos en cada esquina. Desde que llegó a la política se le ha señalado, hasta con la mofa, por su forma, tan del terreno, de expresarse, pero ni tan siquiera está claro que la ortodoxia de las frases gramaticalmente estructuradas, encabalgadas, con palabras precisas y técnicas sirvan para comunicar mejor. En un breve paseo se aprecia, salta a la vista, que Gutiérrez es capaz, justo quizás por eso, de conectar con casi cualquiera en apenas unos segundos, de contar lo que quiere sin artificios para ir al grano y tirar de vida para ganarse al de enfrente: “Yo he sido taxista 6 años y sé lo que es estar ahí sentado 10 horas para llevar 25 euros a casa”, le dice al presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos del Taxi, Francisco Toledo, cuando salta del taxi para irrumpir en la entrevista.
Gutiérrez elige Hadú para pasear “porque consideramos que está totalmente abandonada por parte del Gobierno y siempre ha sido centro de la ciudad y consideramos que hay que potenciarlo. Vamos a potenciar el extrarradio que lo tiene el señor Vivas totalmente abandonado”.
Hadú como paradigma de esa desigualdad territorial barrio a barrio de la que el PSOE y su candidato, Juan Gutiérrez, han hecho su ‘leit motiv’ de campaña para machacar en cada comparecencia al Ejecutivo de Vivas y a la candidatura popular. Elevando el malestar vecinal por la falta de calidad de vida en los barrios a argumento nuclear de un discurso que sirva de palanca para cambiar un Gobierno que lleva 22 años dirigiendo la vida pública de los ceutíes. Hadú, que fue otro centro urbano, convertido hoy en otro barrio más en decadencia, resistiendo a duras penas.
Que el PSOE va en serio con la campaña se ve nada más arrancar el paseo. A Juan Gutiérrez le estaban esperando en la primera tienda, en la puerta, su propietaria, para pedirle que explique lo que tiene en cartera para el barrio. Huele a trabajo del equipo de campaña, preocupado por darle al paseo la pátina de apoyo popular que cualquier candidato querría mostrar: los vecinos me aman y tal.
A Gutiérrez le sirve para repetir que quiere reconvertir el mercado de Hadú para convertirlo en un foco de atracción que ayude a que el resto de comercios alrededor vendan más. Y para afianzar la idea quiere dar horas de parking gratuitas a quienes compren, "dos o tres”, apunta.
Por supuesto la tendera acaba dándole su apoyo, pidiendo papeletas y diciendo “yo confío en él”. Pero a pesar de todo se le aprecia real la queja, más allá del guion: “las ventas están flojas (…) estáis dando un paseo y creo que lo podéis comprobar; que el barrio está abandonado. Yo llevo aquí 5 años y Hadú está abandonado”, insiste.
No hacía falta preocuparse tanto por provocar la conversación con los vecinos, Juan Gutiérrez se va pareciendo cada día más al Juan Vivas del récord Guinness en estrechar manos. Sólo unos metros más abajo, al candidato le empujan dentro de un bar, para regalarle los oídos: “somos 11 hermanos y 34 sobrinos, todos son sus votos”, le dicen en la puerta para invitarle a un café o a un té.
Gutiérrez pasa para desenvolverse como pez en el agua y tratar de convencer a los parroquianos en su idioma, con cercanía, con palabras directas y claras: “Llevamos 22 años con el PP, lo que pedimos es que se nos dé una oportunidad, son 4 años y si no valemos, no nos votéis otra vez”. “Tienes que valer, Juan”, le pide el de la familia entregada.
“Eso estaba yo pensando el otro día en mi casa, que todos los ataques en estas campaña son a mí”, lanza cuando se le pregunta por la repentina explosión de petición de explicaciones al PSOE por los asuntos que afectan a Ceuta y son de competencia estatal.
Reivindica que las elecciones son locales y que se está tratando de desviar la atención con asuntos que serían más propios del debate que viene, el de las Generales de final de año. Pero también los logros de su gobierno, el de Pedro Sánchez, y de su partido.
Insiste en que “estoy convencido que en muy poco tiempo vamos a tener aduana comercial en nuestra ciudad, las negociaciones van por buen camino. Va a ser una realidad más pronto que tarde”, dice trasladando lo que le ha contado el ministro de Exteriores.
Lo mismo con las bonificaciones a la Seguridad Social. Se van a quedar como estaban y no como recoge el Real Decreto que entraría en vigor el 1 de septiembre. Lo dijo la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y lo reitera Gutiérrez.
Y reclama a Vivas, una vez más que haga su trabajo. “También es trabajo de Vivas. No nos equivoquemos. En lugar de salir en las redes sociales para criticar tendría que irse a Madrid a hablar con el Gobierno y pedir mejoras”, dice Gutiérrez, aclarando antes que él es lo que hace, ser pesado con los ministros e incluso con el presidente del Gobierno para tratar de lograr mejoras para la ciudad.
“Yo siempre me voy a fiar de mi gobierno y de mis compañeros”, promete. Reivindica los logros de Sánchez con la ciudad, afortunadamente no repasa las ristra de visitas ministeriales y las tres veces que el propio presidente, Pedro Sánchez, pisó la ciudad. Pero pone en valor el Plan Integral, el primero que tiene la ciudad, elaborado por un gobierno socialista. Claro que en unos meses no se ha cumplido, pero va avanzando, reclama. Se defiende de la polémica de las viviendas. “Lo primero que no son 44 son 134”, dice. Para explicar lo que ya había dicho, que "el primero en poner el grito en el cielo fui yo”. Pidió explicaciones al ministerio y se las dieron, al final vendrán muchas más viviendas, muchas más incluso que en Melilla, que roza las 900.
Empezar a trabajar para construir 500 casas públicas es una de sus propuestas de campaña. Ahí están también las bonificaciones al 50 por ciento al transporte de mercancías con origen y destino en Ceuta.
“No se le puede echar las culpas a Juan Gutiérrez de todo. Si hay huelga en la sanidad, la culpa de Juan Gutiérrez. Si la frontera hay retenciones, la culpa de Juan Gutiérrez . Si el régimen de viajeros le quita un kilo de chuparquías, la culpa es de Juan Gutiérrez …” dice entre irónico y enfadado para tratar de señalar lo absurdo de esas críticas a su persona, que aún no ha gestionado nada.
La plaza de Nicaragua asoma al fondo y Juan Gutiérrez se ríe. “Llevan años, años y años, ahora parece que está avanzando un poquito, pero eso ha sido una desvergüenza del señor Vivas. Se ha reído de todos los vecinos de la calle Nicaragua y alrededores. Otra falsa promesa del señor Vivas, que no ha tenido más remedio que cumplir porque se le ha echado encima todo el mundo. Veremos si la termina”, critica.
Porque por más que el PSOE quiera llevar una campaña en positiva no ha renunciando a la crítica y la denuncia de lo que está mal, que atribuye, claro, a la gestión de 22 años de Vivas y su equipo.
“Todo lo que está en manos de Vivas, no sé qué pasa, como yo digo por donde pasa no crece la hierba. Arroyo Paneque, ahí está paralizado. Juan XXIII, llegó ahí un día, derribó la pista y el local, le prometió a los vecinos que al día siguiente comenzaban las obras, 4 años después los vecinos siguen sin pista y sin local social. Y como eso, todo. Carril bici, prometió ¿dónde está el carril bici? El reglamento de los bomberos, ¿dónde está? La reconversión de los mercados tampoco llegó nunca. Ayer salió públicamente hablando de una inversión de 6 millones de euros en los mercados ¿dónde está esa inversión, en poner una rejilla en Real 90?”, ataca.
Hay quienes dudan de que el PSOE y el equipo de Juan Gutiérrez esté capacitado para tomar las riendas de la ciudad. El propio Vivas lo ha deslizado en alguna intervención pública. “Tenemos proyecto y tenemos equipo y un Gobierno central comprometido como ningún otro con Ceuta”, se reivindica Gutiérrez.
Gutiérrez reclama el mérito de haber contribuido a la estabilidad de la sociedad ceutí, apoyando al PP y sus presupuestos por “lealtad a los ceutíes”, para sacar a VOX de la influencia en el Gobierno, para afianzar la convivencia. “Eran momentos muy difíciles y el PSOE estuvo ahí”, dice sobre la crisis de mayo de 2021, otro ejemplo de ese apoyo al Gobierno del PP. “No hemos tenido ni consejerías, ni directores generales…”, recuerda para responder a quienes ahora, los localistas, le critican porque en 3 años no haya, con su influencia, aprovechado ese apoyo a los presupuestos para arreglar todo lo que quiere arreglar si gobierna.
“Hemos negociado partidas en los presupuestos, sobre todo con inversiones en barriadas, pero estamos para darle estabilidad a la ciudad. VOX los primeros presupuestos los aprobó con el PP y Fati se abstuvo. Cuidado, que nadie se olvide, se abstuvo. Y luego Ceuta Ya también votó a favor algunos de esos presupuestos. Eso es porque habían negociado partidas, que nadie se olvide”, recuerda.
E incluso reivindica con la realidad que todo el mundo vaticinaba que los presupuestos de 2023 serían una prórroga de los de 2022 por la cercanía de las urnas y han salido adelante con sus votos. “Lo dijimos que el apoyo duraría hasta el final. Ceuta Ya me lo echó en cara en el Pleno y decía que en 2023 nos retiraríamos y le dije que no, que somos valientes y que antes de las siglas está la ciudad, y que si había que apoyar para Ceuta siguiera avanzando lo íbamos a hacer”, dice con cierta energía.
Reclama a Vivas que deje de hablar de municipalizar la limpieza, recuerda que en varias reuniones con él siempre se mostró en contra y le pide que en lugar de eso se comprometa a invertir más en limpieza. Eso a pesar de que el gasto por persona está por las nubes.
Si llegan al Gobierno serán continuistas con la estrategia de reconvertir el tejido económico apostando por la economía digital y verde.
Y pide el voto de confianza de los ceutíes para 4 años, “si no lo hemos hecho bien que no nos voten otra vez”, insiste. “Estoy convencido que si llegamos, no salimos del Gobierno. También te digo, soy de los que pienso que un presidente de la ciudad, 8 años y que venga otro. Eso de estar 22 años y la misma gente en distintos sitios genera vicios”.
