Tras la misa pontifical, oficiada por el obispo de la Diócesis, Rafael Zornoza Boy, que se celebrará a las 20 horas, la patrona perpetua saldrá del templo para recorrer la Plaza de África, Jaúdenes, Vitori Goñalons, Paseo de Colón, Padilla y Paseo del Revellín. Como manda la tradición cuando el cortejo llegue a la Plaza de la Constitución antes de enfilar el Paseo de las Palmeras se rezará una Salve para recordar la intercesión de la Patrona en la gran epidemia de peste que asoló la península en 1651 y que no cruzó el mar salvando a los ceutíes de una muerte segura. Alrededor de la media noche la Virgen volverá a su templo arropada por miles de ceutíes que cada 5 de agosto le acompañan en su paseo por la ciudad junto con una unidad de escolta de la COMGECEU compuesta por una sección del regimiento de caballería Montesa nº 3 y la banda de guerra de la citada unidad.
Uno de los momentos más bonitos del recorrido es la lluvia de pétalos con la que se encuentra la Virgen a su paso por la calle Jaúdenes. Son los pétalos de las miles de flores que ayer otras tantas caballas depositaron a sus pies en la tradicional ofrenda a las puertas del templo. Tras la procesión, los fuegos artificiales iluminarán el cielo de la ciudad llenándolo de luz y sonido.