La frontera, un año reabierta pero sin aduana comercial

Cientos de miles de personas han cruzado, durante los últimos 12 meses, el paso fronterizo del Tarajal desde su reapertura, con la Operación Paso del Estrecho incluida, pero sin ver cumplida la promesa de la ansiada Aduana Comercial

La frontera del Tarajal entre España y Marruecos ha abierto esta noche después de un año cerrada (ALEJANDRO RUESGA)
photo_camera La frontera del Tarajal entre España y Marruecos ha abierto esta noche después de un año cerrada. Foto ALEJANDRO RUESGA

Casi 2000 personas cruzaron la frontera durante las primeras horas de su apertura hace ya un año. Fueron momentos de alegría y tensión, a partes iguales, tras permanecer cerrada, a cal y canto, desde el 14 de marzo de 2020. Muchos meses de sufrimiento para los que quedaron «atrapados» en uno u otro lado de la frontera.

El del 16 de mayo de 2022 fue un día de calma expectante, contando las horas para llegar a la medianoche y que la verja de la frontera diera paso al país vecino. A medida que se fue acercando el cambio de día fue creciendo el número de personas que se acercaban al paso fronterizo para cruzarlo.

La Policía tuvo que redirigir el tráfico de vehículos por el momento hacia la zona del Colegio Príncipe Felipe para evitar que se formaran atascos, y pusieron en marcha medidas extraordinarias de control como un dron y un inhibidor de drones.

En las doce primeras horas desde su reapertura salían de Ceuta a Marruecos 1378 personas, incluidas los ocupantes de vehículos que fueron 474. En sentido inverso, de Marruecos a España pasaron 567 personas y 228 vehículos.

Conforme la situación se fue normalizando, las cifras han aumentado exponencialmente. Durante el último fin de semana 12.365 personas y 3.428 vehículos cruzaron el paso fronterizo del Tarajal desde Marruecos y al contrario, desde Ceuta hacia Marruecos, salieron 10.461 personas y 2.830 vehículos. Unos datos que supusieron que la Policía Nacional realizara 22.826 verificaciones documentales en la frontera del Tarajal. Un alto volumen de transito que se llevó a cabo «sin incidentes en los puntos de control documental y aduanero, con el tránsito fluido» según señalaba la Delegación del Gobierno.

Pero al margen de la apertura de la frontera para el pase de personas y vehículos en uno u otro sentido, fue el comienzo del fin del calvario de los trabajadores transfronterizos a quien, después de más de dos años de cierre, les quedaban muchos trámites burocráticos por afrontar, algo que ha ido quedando atrás una vez se normalizaron las citas en extranjería.

Este último año ha parado también algún sinsabor al no verse cumplido, todavía, el anuncio de la apertura de la aduana comercial, pese a que Albares asegurara que la Aduana es irreversible, y Vivas asumir que el Gobierno Central estaba «en su derecho de aplicar la prudencia y no dar una fecha para que no suponga una presión que pueda ser perjudicial», allá por el mes de febrero, tras la última Reunión de Alto Nivel entre España y Marruecos.

La aduana sigue sin ser una realidad tangible que sólo ha llevado a cabo pruebas de funcionamiento y de la que han trascendido pocas certezas, como que tendrá horarios limitados y no verá ampliado el personal de Hacienda y que la aduana estará capacitada para «gestionar las formalidades aduaneras aplicables a las importaciones y exportaciones que puedan realizarse desde o hacia Marruecos» con el personal adecuado «para dar cobertura a los flujos comerciales esperados». 

Con la reapertura del paso fronterizo regresó la OPE que dejaba cifras récord con 12.000 pasajeros y 4.000 vehículos más que en 2019, antes del cierre del Tarajal. Unas cifras que, desde la Delegación del Gobierno, no achacan a la casualidad sino a un cambio de tendencia por lo asumen que,  teniendo en cuenta que solo en en el verano del 2022 cruzaron la ciudad cerca de 700.000 viajeros, en pocos años la cifra puede superar el millón de personas.