La idea consiste en crear un censo de vehículos con sus matrículas y conductores, hasta fijar un cupo máximo que podría variar dependiendo de la época del año. De este modo, se podría definir un reglamento, con horarios de entrada y salida, adaptado a las circunstancias de cada momento, siempre en permanente comunicación con la aduana marroquí.
Fijado el número de vehículos e identificados mediante señal vinílica, bien diferenciada en color, letra y números, podrían establecerse secuencias para números pares e impares. Lunes y miércoles para los pares y martes y jueves para los impares, por ejemplo. En estos momentos hay vehículos que pasan varias veces al día, explica en una nota
Asimismo, se podría fijar un horario para entradas y salidas, de modo que no altere el normal funcionamiento de la aduana, todo ello en coordinación con los responsables de la aduana marroquí.
A juicio de la formación se hace necesaria la aportación de los soportes tecnológicos correspondientes para controlar el paso de los vehículos y su números con el fin de evitar posibles picarescas, ya que entre los porteadores existe cierta jerarquía a la hora de iniciar el paso hacia Marruecos, pues los que portan valores superiores a 3000 euros prefieren iniciar camino detrás de los que llevan menos, por lo que ponerlos en primera línea de salida sin tener en cuenta esta realidad podría inducirlos a comprar sitios retrasados, lo que generaría movimientos y bloqueos de gran relevancia.
También se hace necesario un reglamento que defina las normas aplicables en cada momento, así como que tenga en cuenta los condicionantes sobre los que bascula la actividad de los porteadores, ya que ellos mismos lo piden y quieren un modelo de funcionamiento eficaz, a fin de respetarlo y hacerlo cumplir. No atender esta realidad supone una amenaza a cualquier disposición que se pretenda aplicar sin tenerlos en cuenta, pues los porteadores responden de múltiples formas para contrarrestar todo lo que resulte ofensivo para sus intereses, y lo hacen bien y con buenos resultados.
Una vez más alcanzamos el punto en el que se hace necesaria la interlocución con la aduana de Marruecos, ya que sin su intervención la solución se complica enormemente, pues por mucho que movamos por aquí al final depende de si Marruecos les da paso o no, o bien decide aplicar normas de decomiso.
