Un día de trabajo "horrible" en el centro de menores de Piniers

Una enfermera denuncia las condiciones de trabajo con los menores marroquíes en Piniers: con más de un millar de niños a cargo y la sola protección de una mascarilla traída de casa. 

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photo_camera Menores en las instalaciones de Piniers (C.A./ARCHIVO)

Sin contrato, con más de 1.000 menores marroquíes a su cargo y con la única protección de una mascarilla traída de casa. Esta es la "horrible" experiencia laboral de una enfermera que fue contratada por la empresa SAMU para atender a los niños y adolescentes marroquíes que entraron en masa en la ciudad los pasados días 17 y 18.

La peripecia de esta profesional sanitaria, revelada por el sindicato Satse, se inicia cuando la empresa reclama sus servicios después de recibir su currículo. El trabajo comenzaría un lunes, pero es citada el sábado anterior para que se presente en las instalaciones de Piniers donde la Ciudad mantenía acogidos a los menores recién llegados. Ya ese día permaneció en Piniers cinco horas. Según el relato de Satse, la empresa tenía intención que volviera al día siguiente, aun cuando ni tan siquiera había llegado a firmar su contrato.

La enfermera aceptó, consciente de la situación crítica que vivía la ciudad, pese a lo cual ese mismo sábado decidió que abandonaba. “Querían ponerme a hacer test de antígenos sin protecciones y sin nada, solo con mi ropa de calle y la mascarilla que traía de casa”, explica la afectada. La mujer asegura que en el lugar se encontraban auxiliares de enfermería –“no tiene certeza de que verdaderamente lo fueran”, afirma el sindicato- que estaban sometiendo a los menores a test de antígenos, algo para lo que carecen de cualificación.

Además, continúa Satse, pronto descubrió que iba a tener a 1.000 niños a su cargo con el único apoyo de una técnica de laboratorio, sin médico y sin más enfermeros. “Increíble, lo que cuente es poco”, subraya la protagonista de la historia.

"La enfermera que denuncia su experiencia laboral recuerda que el SAMU le ‘vendió’ un puesto de trabajo que desempeñaría a turnos, de mañanas y/o tardes pero, finalmente, fue todo lo contrario”, explica Satse. En un inicio, se le comunicó que el trabajo era para un puesto de enfermera en El Tarajal, aunque después fue enviada a Piniers. “Cuando llega allí, se encuentra con, calcula, más de mil niños con una zona de contagiados por coronavirus que está separada del resto; al llegar, nadie le proporciona un EPI o cualquier otro medio de protección”, continúa el sindicato.

Según el relato de la enfermera, la enlace de la empresa rehuía responder cada vez que le preguntaba sobre los horarios y las condiciones laborales y nunca le revelaron qué sueldo cobraría.

Solo tres trajes EPI que se estaban lavando aunque son desechables

“Aparte de ella, en teoría, estaría otra enfermera y una técnico de laboratorio, pero allí había unas diez personas que referían que eran enfermeras, aunque la enfermera que nunca llegó a ser contratada porque se fue el primer día sospecha que no lo eran”, afirma el sindicato. Según este, todas esas personas eran voluntarios que no estaban contratados y que solo disponían de tres trajes EPI que, pese a ser desechables, se lavaban.

Ante este testimonio, Satse ha exigido a la Ciudad que supervise las condiciones en las que se está dispensando este servicio para garantizar los derechos laborales de los trabajadores y la seguridad sanitaria.