interior coordina un plan con los departamentos de aduanas e impuestos

Rabat plantea nuevas estrategias contra el comercio atípico

El periódico “Akhbar al Yaoum” aseguraba esta semana que la actividad del comercio atípico origina a Marruecos un impacto negativo que estima en el entorno de los 365 millones anuales.

Concentración de porteadores en el lado marroquí de la frontera (C.A.)
photo_camera Concentración de porteadores en el lado marroquí de la frontera (C.A.)

El Gobierno de Marruecos está inquieto por los efectos que la actividad del contrabando a través de Ceuta y Melilla puede llegar a ejercer sobre su propia economía. En los últimos días, los diarios marroquíes se han hecho eco de esta preocupación que, según relatan varios medios del país vecino, se ha traducido en una nueva estrategia coordinada entre el Ministerio del Interior y los departamentos de Aduanas e Impuestos dirigida a reducir estos tráficos y su impacto económico.

Rabat habla ya de pérdidas que algunos diarios se atreven a cuantificar. El periódico “Akhbar al Yaoum” asegura que la actividad del comercio atípico origina a Marruecos un impacto negativo que estima en el entorno de los 365 millones de euros anuales.

La necesidad de acometer medidas se viene fraguando desde hace meses al calor de un debate público cada vez más consciente de las consecuencias que este modelo económico irregular puede llegar a tener en el país vecino. Hace unos meses, el consejero comunal en Castillejos, Mohamed Yunes, explicaba al diario español “El Confidencial” cómo la invasión de productos procedentes de Ceuta se estaba traduciendo, paulatinamente, en un norte de Marruecos cada vez más improductivo. Según Yunes, muchas actividades económicas están condenadas al fracaso dado que siempre es más barato traer los artículos desde Ceuta que dedicarse a su producción.

La prensa marroquí trae a colación en sus análisis un conocido estudio de la Universidad de Granada - “Una propuesta metodológica para estimar el impacto del desarme arancelario de Marruecos sobre la economía de Ceuta”- donde se estimaba que un 46 por ciento de las importaciones de la ciudad se convertían en exportaciones a Marruecos, un volumen que equivaldría a más de 405 millones euros anuales.

Las muertes de porteadoras que ya se han registrado en el paso de Bab Sebta y las imágenes casi cotidianas de colapsos en la frontera constituyen otro de los estímulos que animan a actuar a las autoridades marroquíes. Rabat sabe del desaliento que cunde entre sus nacionales con la difusión de escenas donde centenares de personas de origen humilde se hacinan en su intento por entrar a Ceuta, una situación que es, además, caldo de cultivo para los bulos. El periódico “Al Ahdath al Maghrebia” publicaba esta misma semana cómo la prefectura de Mdik-Fnideq se veía obligada a desmentir la especie, apoyada por un vídeo ampliamente difundido, de que se habían producido enfrentamientos en la frontera, que se habrían saldado con víctimas, entre jóvenes marroquíes armados con piedras y agentes de la Guardia Civil pertrechados con bombas lacrimógenas.