Ningún menor de los que hace dos semanas entró a nado a Ceuta ha vuelto a su país reclamado por su familia. Al día siguiente de que se produjera esta entrada masiva de migrantes, la Ciudad puso un teléfono para facilitar a las familias de los menores ponerse en contacto con ellos y a partir de ahí gestionar la repatriación.
En pocas horas el teléfono recibió más de 4.400 llamadas de familiares que se interesaban por estos menores. Sin embargo, a día de hoy ninguno ha vuelto a Marruecos.
Entre los motivos están las trabas que el país vecino está poniendo para que estos niños vuelvan y que al parecer esas llamadas eran simplemente para verificar que sus hijos habían llegado a Ceuta pero no para reclamarlos.
Por una razón u otra, dos semanas después, la Ciudad sigue haciéndose cargo de más de mil menores, sin contar los que deambulan por la calle. Una situación que desborda al Gobierno local. Ceuta no puede asumir la gestión de tantos menores. Estos jóvenes están siendo atendidos en las naves del Tarajal, en el pabellón Santa Amelia y en el campamento provisional de Piniers.
