movilizaciones contra el caos fronterizo

Un año después del 15-M

Un año después de la manifestación que el 15 de marzo de 2018 recorrió las calles de la ciudad para exigir medidas contra el caos fronterizo, el entusiasmo reivindicativo de partidos, sindicatos y empresarios parece haber quedado atemperado.

manifestación frontera
photo_camera Aspecto de la manifestación del 15 de marzo de 2018 a su llegada a la Plaza de los Reyes (C.A./ARCHIVO)

“Exigimos soluciones al problema de la frontera, ya”. La pancarta que el 15 de marzo de 2018 precedía a las 750 personas que se manifestaron por las calles de la ciudad para reclamar una reordenación de El Tarajal y una implicación mayor de las administraciones en la defensa de la economía local era fiel reflejo de la indignación de los agentes sociales y económicos.

Un año después, la inflamación reivindicativa se ha aquietado hasta el punto de que el debate social acerca de los problemas de la frontera y su influencia sobre la languideciente economía ceutí ha pasado a un segundo plano en el debate político. Las soflamas contra el caos de los tránsitos fronterizos han dejado paso a otros debates más acuciantes en el imaginario de los partidos, como el alimentado por la presión migratoria.

La inusual unidad de acción ente los sindicatos, la Cámara de Comercio y Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE), forjada para sustentar la propuesta, también se ha diluido.

La gestión practicada desde la Delegación del Gobierno durante los últimos meses para el control de los tránsitos de peatones y vehículos ha hecho desaparecer de las prioridades de partidos, sindicatos y empresarios las denuncias sobre la situación de la frontera. Los colapsos de tráfico han ido disminuyendo hasta convertirse en ocasionales mientras que los incidentes con los porteadores a pie de frontera y las avalanchas también se han reducido significativamente.

Todas estas mejoras prácticas han sosegado la conflictividad en El Tarajal pero los problemas estructurales se mantienen. El Gobierno socialista ha adquirido algunas promesas como la de la implantación este mismo año en el puesto fronterizo de un sistema de reconocimiento facial que precederá a la implantación, todavía sin fecha determinada, de la nueva frontera inteligente. La ejecución de estos proyectos, sin embargo, se antoja incierta en un escenario político cuyo futuro político determinado por las próximas elecciones de abril.

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