El director del Observatorio de Ceuta y Melilla, Carlos Echeverría, considera que el telón de fondo en las relaciones entre España y Marruecos "continúa siendo el mismo". Quiere decir que "las reuniones, en caso de celebrarse, no serían un síntoma de que las cosas van bien" y añade que "podría ocurrir, y esperemos que no ocurra, que se fuercen las reuniones por aquellos de transmitir la idea de normalización".
Para Echeverría los desafíos más recientes, como con las pesquerías en la zona del Atlántico como en Chafarinas, siguen siendo "provocaciones por parte de Marruecos" pese a la retórica de la normalización.
Opina que si la frontera se abre en falso sin que las relaciones se hayan normalizado, "eso no sería un signo de mejoría sino una precipitación".
Reconoce que en los medios de comunicación se abunda en la idea de que existan reuniones y estas "por sí, no significan nada". "Las visitas en sí no son un signo, el signo es un cambio de actitud y el cambio de actitud tiene que ser ante todo de Marruecos", según el director del Observatorio de las ciudades autónomas. "Hay peligrosamente en el lado español la idea de que tenemos que hacer gestos, pero si antes no los ha habido por parte de quien ha enrarecido las relaciones, no tienen ningún sentido. Es mejor seguir como estamos".
Cree que "ahora no es un momento para priorizar la reapertura de fronteras. No toca por la cuestión pandémica y porque en la agenda marroquí el cierre de fronteras de forma escalonada es parte de su estrategia en relación con Ceuta y Melilla". También asegura que "La pandemia es una excusa perfecta, sin duda", y que "hay que mirar mucho más lejos: son evidentes los indicios de que esto forma parte de una jugada distinta".
Cuando le preguntamos sobre plazos afirma que "no hay calendario y sería especular". "No tenemos asideros para considerar que en dos, tres, seis meses las relaciones bilaterales van a mejorar. No olvidemos que Marruecos está en una dinámica, no sólo en relación con España sino también con Argelia, de agravamiento de las relaciones". Piensa que Marruecos no está transmitiendo el mensaje ni a España ni al resto del mundo que "necesita urgentemente el statu quo anterior y que las relaciones fluyan". La mejoría no es tal, asegura.
Carlos Echeverría cree que "es bien cierto que te tiene que preocupar la escalada de un vecino, incluso si aparentemente es en relación con otro vecino y no contigo. Se acaba produciendo un dilema de seguridad. Es una tensión creciente a nuestras puertas".
Y sobre si cree que existen promarroquíes en Ceuta "nosotros no vemos esa situación en los términos que se plantean ahora mismo; es más, a veces se singulariza a personas y colectivos que cuando arañamos un poco, y no hay que arañar mucho, son aparte de ciudadanos españoles como cualquier otro, gentes comprometidas con el interés nacional". Y agrega que "precisamente en la zona gris por parte de Marruecos podría, si no lo está haciendo ya, que seguro que lo está haciendo, agudizar ese tipo de mensajes para generar desconfianzas en unos rincones de España y de la UE donde la convivencia entre musulmanes y otras confesiones o no confesiones es ejemplar. Eso es que lo tenemos que mantener. Esas sospechas de posibles actitudes promarroquíes se tienen que pensar mucho antes de comentarlas. No se puede identificar a una persona por su creencia religiosa con el interés de un vecino. Eso es falso en principio. Hoy por hoy, ni yo ni el Observatorio ha comprobado que haya apología en la ciudad de algún tipo de relación diferente con Marruecos".
