ELECCIONES 20-D

Un nuevo escenario para un mismo favorito

Las elecciones del próximo 20 de diciembre se presentan, según convenio casi unánime, como las más importantes de cuantas se han celebrado en España desde 1977. La batalla en Ceuta, pese al favoritismo que aún mantiene el PP, respaldado por la última encuesta del CIS, ofrece la novedad de la entrada en juego de nuevos actores. Además, permitirá evaluar la medida exacta de la deriva de los populares, quienes en las pasadas municipales fueron abandonados por casi 7.000 de sus votantes.

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photo_camera Carteles electorales en el edificio Ceuta Center/ANTONIO SEMPERE

La maquinaria de los partidos políticos llega con sus resortes engrasados para afrontar las elecciones generales del 20 de diciembre, una cita con las urnas que, como parece haberse convenido unánimemente, es la más importante de cuantas se han celebrado en España desde 1977.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) daba a conocer esta semana su encuesta preelectoral, un estudio que parece confirmar el fin del bipartidismo en España. El informe del CIS concede al PP el único escaño al Congreso en litigio.

Las elecciones en Ceuta se celebran con el reciente antecedente de las municipales de mayo. Aquellos comicios supusieron para los populares locales una sangría de casi 7.000 votos con respecto a las votaciones celebradas cuatro años antes. Con todo, la formación de Juan Vivas logró mantener la mayoría absoluta, aunque con un solo diputado por encima del número de escaños que la delimita.

La convicción generalizada es la de que el PP revalidará su primacía en las generales. Pese a ello, Vivas, el principal muñidor de las candidaturas confeccionadas para cada cita electoral, ha preferido introducir aires de cambio. El escenario parece requerirlo.

El PP ha liquidado manu militari a todos los parlamentarios ceutíes que durante la pasada legislatura ocuparon un escaño en las cámaras nacionales. El mediático diputado Francisco Márquez y los inadvertidos senadores José Luis Sastre y Luz Elena Sanín fueron reemplazados en las candidaturas por perfiles más acomodados al gusto de la dirección.

La elección como candidato al Congreso de Juan Bravo, exdelegado de la Agencia Tributaria en Ceuta y ajeno a la vida del partido, constituyó toda una sorpresa. Hasta su designación, la figura del exdiputado Márquez se presumía como la preferida en Génova.

El “despido” de Sanín y Sastre resultó menos traumático. La irrelevancia de ambos como valores electorales permitió su relevo por dos activos militantes del partido: Fátima Mohamed dos Santos y Guillermo Martínez.

 

Después de la crisis

El exconsejero Martínez aspira a sumar a su nómina de cargos públicos el de senador.  Curiosamente, el candidato popular comparte orígenes políticos con Bernardina Díaz, la maestra que los socialistas han elegido para disputar el escaño al Congreso al PP.

Tanto Díaz como Martínez entablaron su primer contacto con la política en el nefando Grupo Independiente Liberal del difunto Jesús Gil. Pero mientras la socialista habla de manera desinhibida de su pasado gilista, Martínez sostiene en sus comparecencias públicas en que sus primeros pasos en la vida pública los dio en la casa de los populares.

Bernardina Díaz ha pasado de la trastienda del partido a imprimir sus rostros en los carteles electorales del PSOE. Avalada por el secretario general de los socialistas, Manuel Hernández, la candidata al Congreso emerge después de la crisis interna que los socialistas han logrado superar este mismo año tras la dimisión de su anterior líder, el hasta hace pocos meses secretario general del partido José Antonio Carracao.

La brecha que se auguraba en la militancia, polarizada entre defensores de Hernández y seguidores de Carracao, parece no haber ido a más. Ahora, la tarea inmediata que los socialistas se han impuesto ya no pasa tanto por restañar heridas internas como por quebrar la abismal diferencia en votos que les separó del PP en las generales de 2011. En aquellas elecciones, socialistas y populares coparon 27.103 de los 32.282 votos depositados en las urnas. Para desdicha del PSOE, casi 21.000 fueron para el candidato de Juan Vivas.

 

La teoría política de Ciudadanos

El fulgurante crecimiento experimentado durante los últimos meses por Ciudadanos en las encuestas ha animado la sede del partido en el Paseo de las Palmeras. Aunque el favoritismo sigue recayendo en las candidaturas del PP, los dirigentes del partido de Rivera se sienten miembros de una formación con vocación de poder.

Abdelmalik Mohamed, coordinador del partido en Ceuta y candidato al Congreso, aspira, cuanto menos, a recibir un baño de votos que le resarza de la frustración vivida en las pasadas municipales. Entonces, y pese a que el partido obtuvo un escaño en la Asamblea, las expectativas no se vieron satisfechas. Mohamed, número 2 de aquella lista, se quedó a las puertas de convertirse en parlamentario.

La estrategia diseñada desde la dirección nacional para presentar a Ciudadanos como la encarnación del centro político ha sido asumida por los candidatos ceutíes como un mantra. El aspirante al Senado Piku Sunderdas exponía el pasado jueves a los periodistas su peculiar teoría política, emparentada probablemente con la del final de las ideologías. Según Sunderdas, la derecha y la izquierda son conceptos obsoletos que ya no existen, lo cual no empece para que, paradójicamente, el centro siga estando ahí. Un centro que, por supuesto, ocupa Ciudadanos.

Hacia esa izquierda que Sunderdas refuta se encuentra Podemos. Los seguidores de Pablo Iglesias presentan al activista social Mohamed Faitah como candidato al Congreso. Faitah, presidente de la oenegé Pedagogía Ciudadana, encabeza la primera lista con la que el partido violeta concurre a unas elecciones en Ceuta.

Las encuestas no garantizan un gran recorrido a una formación como Podemos en una ciudad que se ha revelado durante las dos últimas décadas como un feudo fundamentalmente conservador. Sus propuestas en materia de inmigración o para la reforma del ejército y su defensa de la convocatoria de un referéndum en Cataluña para decidir sobre una futura independencia escandaliza a una buena parte de los votantes de la ciudad, afectos a la idea de una Ceuta “crisol de culturas”, hermanada con las fuerzas armadas desde tiempos inmemoriales y devota de la Virgen de África.

El foro público constituye para los activistas del partido de Iglesias un páramo desconocido. Sólo Luis Zambrano, centrocampista de la AD Ceuta y candidato al Senado, conoce las sensaciones de sentirse escrutado un fin de semana por una masa de personas vociferantes.

Dentro de un par de domingos, Zambrano volverá a someterse a examen pero, en esta ocasión, en un escenario distinto.