Marruecos propicia una crisis migratoria sin precedentes

5.000 marroquíes han entrado ya en Ceuta, de los que 1.500 pueden ser menores

El Passio Per Formentera pasará la noche fondeado en la bahía como medida de precaución. 

La Delegación del Gobierno ofrecía a última hora de la tarde de este lunes el cómputo final de las personas que durante toda la jornada han logrado entrar en la ciudad de manera irregular procedentes de Marruecos. Los recién llegados son 5.000, en torno a 1.500 de los cuales son menores de edad. En solo unas horas, Ceuta ha visto incrementada su población en un 6%.

Las cifras son inéditas y causan alarma. La situación carece de precedentes. A lo largo de los últimos años, Ceuta ha conocido situaciones extremas con saltos al vallado fronterizo en el que habían participado centenares de migrantes, en su práctica mayoría de origen subsahariano.

Lo sucedido este lunes, sin embargo, no resulta comparable. Los recién llegados son ahora ciudadanos marroquíes que han visto en la desidia calculada de los agentes fronterizos de su país la oportunidad de entrar en Ceuta por centenares. La crisis diplomática abierta por la presencia del líder saharaui, Brahim Ghali, en España ha convertido a Ceuta en el escenario de un desencuentro que en nada se parece hasta lo ahora conocido.

Durante toda la tarde, decenas y decenas de marroquíes, muchos de ellos jóvenes, toamban la playa de El Tarajal ante la impotencia de las fuerzas de seguridad. Los guardias civiles recibían en el espigón a quienes entraban nadando. Marruecos había impuesto una suerte de jornada de puertas abiertas en su frontera, utilizando a sus propios nacionales como ariete para presionar al Gobierno español.

 

Una jornada extenuante

La entrada masiva de migrantes a través de los espigones de Benzú y El Tarajal ha resultado agotadora para los miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad. A primera hora de la mañana, cuando alrededor de 80 personas ya habían conseguido franquear la frontera por Benzú, la Guardia Civil se encontraba con un goteo incesante de entradas a la ciudad, esta vez a través de El Tarajal. La llegada de migrantes no ha cesado en todo el día ante la inoperancia de los controles fronterizos marroquíes. Los agentes del país vecino se han desentendido sin disimulo de las decenas de personas que se arrojaban a mar para alcanzar la costa ceutí.

Entre los recién llegados figuran mujeres y niños. La situación se ha vuelto tan caótica que los agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) han tenido que rescatar del agua en Benzú a una mujer y a una niña que, perdidas las fuerzas, corrían un riesgo cierto de morir ahogadas.

La jornada arrancaba a primera hora de la madrugada con la llegada de decenas de personas a través de Benzú. La mayoría a nado y otras en pequeñas y precarias embarcaciones iban recalando en la playa donde eran recibidas por los agentes de la Guardia Civil.

La Policía Nacional trabajaba desde primera hora en la filiación de los migrantes, cuyo destino será la nave de El Tarajal donde guardarán cuarentena.

La Delegación del Gobierno intenta afinar con la identificación de todos y cada uno de los recién llegados. Esta relación de  personas será la que España presente a las autoridades marroquíes para iniciar cuanto antes el proceso de deportación. La actitud del Gobierno marroquí plantea dudas acerca de un acuerdo rápido para la devolución de sus nacionales.

 

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