el traslado de asiáticos y argelinos se retrasa hasta la desesperación

Ceuta, la ciudad donde se ahogan los sueños

Mientras de forma periódica grupos de subsaharianos abandonan la ciudad rumbo a la península en tiempo record, junto con algunas familias argelinas, los migrantes asiáticos ven pasar los meses en una ciudad en la que solo pueden "dormir y comer". ¿Qué criterios se siguen desde la Comisaría General de Extranjería y Fronteras para trasladar a unas nacionalidades y no a otras?

PORT
photo_camera Los asiáticos permanecen en huelga de hambre desde el lunes frente a Delegación (C.A.)

¿Por qué los migrantes subsaharianos son trasladados con mayor frecuencia a la península y desde hace meses no sale ningún asiático? Una pregunta que a priori parece sencilla pero a la que nadie ha sido capaz de darle respuesta. Al parecer no existe ninguna norma que dé prioridad a quienes provienen del África subsahariana sobre otras nacionalidades a la hora de ser trasladados a la península pero en la práctica desde hace más de un año ni un solo ciudadano de Bangladesh, Sri Lanka o India ha podido subirse a un ferry. Parece como si las autoridades quisieran evitar el tan temido efecto llamada de estos países. ¿Hay migrantes de dos categorías para quien decide su traslado?

Ceuta se convierte, por tanto, para muchos migrantes en una cárcel. En una ciudad que frena sus ganas de ofrecer una vida mejor a las familiArgelinos mostrando su solicitud de asiloas que dejaron hace meses y que se mueren de hambre. En Ceuta no pueden buscarse la vida. La posibilidad de encontrar un trabajo es nula. Se quejan de que aquí solo pueden comer, dormir y desesperarse. Su único objetivo es cruzar a la península y poder buscarse la vida como hacen los subsaharianos. Este colectivo de migrantes es trasladado con cierta asiduidad a la península con el objetivo de descongestionar el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. Muchos de ellos son trasladados a Centros de Internamiento, otros tantos a ONG o bien a casas de acogida.

Una vez en la península se pone en marcha una maquinaria de la que muchos desisten mientras están en Ceuta. Tal y como explica la abogada de CEAR, Claudia Assens, “muchos migrantes que llegan a Ceuta son potenciales solicitantes de asilo pero no lo piden”. ¿Por qué? Porque ser solicitante de este derecho de protección internacional impide poder llegar a la península. En este punto encontramos dos categorías de solicitantes de asilo dependiendo de lado del Estrecho desde el que se solicite. Si lo haces desde la península en la tarjeta roja que te entregan pone claramente que “este documento no es válido para el cruce de fronteras” pero si te permite circular libremente por el territorio nacional mientras que si lo haces desde este lado aparece la misma leyenda pero con la coletilla “válido solo en Ceuta”.  

El argumento del Ministerio del Interior es que Ceuta y Melilla están excepcionadas en acuerdo Schengen en cuanto a control de documentación pero el mencionado tratado, excepcionada de esos requisitos a los solicitantes de asilo. Por tanto ¿de qué argumento se sirven en el puerto para denegar el embarque?

La situación del colectivo argelino es distinta. Ellos sí solicitan esta protección, precisamente para permanecer más meses en Ceuta y buscar una vía irregular por la que llegar a la península y evitar ser deportados a Argelia mientras se da respuesta a su petición de asilo.

 

Los subsaharianos, los envidiados

Salida de subsaharianos a la penínsulaCon una periodicidad prácticamente semanal, grupos de subsaharianos abandonan la ciudad rumbo la península. Sus caras de alegría, los abrazos antes de marchar y las ganas de comenzar la última etapa de un viaje que les obligó a dejar atrás su vida y sus familias chocan frontalmente con las de quienes ven caer las hojas del calendario sin moverse de Ceuta. Hablan de dos leyes: una para los africanos y otra para el resto de los migrantes y es que muchos de los que dicen adiós a Ceuta no llevan ni un mes en la ciudad.

Con menor frecuencia se cuela entre los subsaharianos alguna familia de argelinos pero son los menos. Lo que no es habitual es ver a asiáticos entre ellos. Por eso, muchos ante la desesperación y desesperanza buscan otras vías para abandonar la ciudad. De hecho, este verano se han interceptado dos pateras con migrantes de esta nacionalidad rumbo a la península.

 

Los datos

Un total de 6.401 migrantes y refugiados ingresaron en 2016 en los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta y Melilla, cifra que supone un descenso respecto del año anterior, cuando a mediados de diciembre ya se contaba el paso de más de 11.150 personas por las instalaciones de ambas ciudades autónomas.

Imagen del salto masivo de diciembreEl número de ingresos en el CETI es un indicador bastante aproximado del número de migrantes que han entrado en la ciudad autónoma por vía regular o irregular, ya que se trata del principal recurso residencial y el paso por allí acaba siendo imprescindible para conseguir un traslado a la Península.

En cuanto al CETI de Ceuta, que no ha recogido aún solicitudes de asilo en la oficina creada ad hoc en la frontera, se han inscrito en calidad de beneficiarias, 2.408 personas en todo el año frente a las 2.255 que lo hicieron en 2015. A diferencia del caso de Melilla, en su mayoría proceden de países al sur del Sáhara.

En el mismo periodo fueron trasladadas 2.269 personas para ser acogidas o deportadas. El momento más crítico del año en estas instalaciones fue a primeros de diciembre, cuando más de 400 migrantes saltaron la valla fronteriza de la ciudad y a falta de espacio en el CETI, tuvieron que ser alojadas en tiendas de campañas militares.

112 expulsiones en 2017

Las autoridades españolas expulsaron desde Ceuta a 112 extranjeros desde enero hasta junio de este año. El dato ha sido proporcionado por el Gobierno a través de una respuesta parlamentaria al diputado socialista Antonio Hurtado. La información aportada por el ejecutivo cifra en 1.913 el número de extranjeros deportados desde el año 2012. Las expulsiones en el conjunto del país ascendieron en los primeros seis meses del año a 2.188. Desde 2012, se formalizaron 40.919 deportaciones en España.

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