Hoy se cumple una semana de la peor crisis migratoria y humanitaria que ha vivido Ceuta. Hace siete días, a estas horas, centenares de migrantes accedían a Ceuta a través del espigón del Tarajal, unas entradas que continuaron durante todo el día y que se traducirían en la llegada de alrededor de 10.000 personas entre menores y adultos.
Pasado este tiempo, 7.500 marroquíes adultos han vuelto a Marruecos, algunos de manera voluntaria otros forzosa.
Ceuta sufre ahora las secuelas de esta "invasión". La Ciudad ha conseguido filiar a casi 800 menores. Éstos se han repartido entre el campamento de Piniers, el pabellón de Santa Amelia y las naves del Tarajal, donde no paran de llegar migrantes que se encuentran deambulando por las calles.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad están realizando batidas para intentar localizar a todos estos migrantes y así tenerlos controlados.
El Gobierno local había decidido adecentar una zona en el Puerto para trasladar allí a algunos de estos menores, pero finalmente ha desechado esta idea. Una decisión que sin llevarse a cabo ya estaba recibiendo la negativa de muchas personas, entre ellas los vecinos del Puerto y los transportistas que trabajan en ese lugar.
