La crisis de mayo y la llamada al asilo: más de 3000 personas cruzaron el Estrecho en medio año

En la última década el mayor pico se registró en 2019 con 577 solicitudes, una cifra que se ha sextuplicado, aunque tan solo se han resuelto favorablemente el 25%.

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photo_camera Decenas de marroquíes a la espera de tramitar la solicitud de asilo en la oficina ubicada en el Tarajal. (ARCHIVO)

Primera parada Ceuta, destino la península. Era el objetivo de los miles y miles de ciudadanos marroquíes que flaquearon las costas en aquella avalancha masiva a mediados de mayo. Para la inmensa mayoría fue un sueño fallido. Pero para unos millares sí se ha convertido en una realidad. Aunque, temporal.

Hasta el quinto mes de 2021 las peticiones de protección internacional registraban un mínimo casi histórico. En apenas una decena las cifran desde la Delegación del Gobierno. Sin embargo, el episodio que ha marcado la mayor crisis migratoria de la ciudad dio un giro de tuerca. Fue la llamada al asilo. En aquellos primeros meses del periodo estival se sucedieron en las inmediaciones del Tarajal las hileras de personas que buscaban el billete para cruzar el Estrecho. 3.152- según el avance provisional publicado por la Oficina de Asilo y Refugio (OAR)- lo consiguieron a fecha del 31 de diciembre de 2021.

Según refleja el histórico de la última década de la OAR, las peticiones de asilo tramitadas durante el último ejercicio sextuplican a las de 2019 (577), año en el que se registró un acusado repunte. La comparativa con el 2020 es, incluso, más notable: 285. Un año marcado por la pandemia que congeló los flujos migratorios.

Con dicha solicitud admitida a trámite el paso a la península está asegurado, ya que desde agosto de 2020 sucesivas sentencias del Tribunal Supremo avalan la libre circulación por el territorio nacional de los solicitantes de asilo, antes condenados a permanecer en la ciudad autónoma a la espera de los traslados orquestados periódicamente por el Ministerio de Interior y que se detuvieron durante gran parte de 2020.

Pese al compromiso del Ejecutivo de reforzar con más funcionarios las oficinas en Ceuta y Melilla, el problema apunta a una falta de personal en la Oficina de Asilo y Refugio (OAR) en Madrid. Los retrasos en las tramitaciones han creado una ventana burocrática aprovechada por personas en situación irregular que no ven otra alternativa: no pueden regresar a Marruecos a través de una frontera cerrada desde marzo de 2020 y, sin papeles, no pueden regularizar su estancia.

La legislación española blinda el procedimiento de asilo para conceder un permiso de residencia con distinto estatus de protección internacional a personas que escapan de persecución, conflicto u otras amenazas en sus países de origen. Sin embargo, la falta de personal en la OAR y el volumen de solicitudes recibidas desde 2018 ha convertido los plazos que marca la ley en una posibilidad de subterfugio utilizado por migrantes en Ceuta para salir hacia la Península. Las solicitudes deben admitirse o no a trámite en menos de un mes. A partir de ahí, se considera su admisión por silencio administrativo y cualquier persona que haya cursado la petición puede moverse por todo el territorio español.

Sin embargo, ese dulce periodo que se abre para los solicitantes de asilo hasta que se resuelve su expediente finaliza, para la inmensa mayoría, con el sabor más amargo. Sin reflejar datos específicos de Ceuta ni de ninguna otra autonomía, las estadísticas ofrecidas por la OAR, en base al cómputo total de peticiones en todo el territorio, recoge que tan solo el 25% se resuelven favorablemente. De extrapolarlo a las cifras de las solicitudes tramitadas en la ciudad autónoma durante el último año, aproximadamente 788 personas habrían obtenido asilo de las 3.152 que lo solicitaron.

Asimismo, la institución de la plaza de los Reyes recuerda que después de mayo 3.600 ciudadanos del reino alauita regresaron voluntariamente a su país, mientras que 300 fueron expulsados en virtud de una orden de expulsión. Asimismo, hace un mes el presidente Vivas anunciaba que “casi todos” los marroquíes que accedieron en mayo habían salido de Ceuta, cuyo principal destinado ha sido, en la mayoría de los casos, su país de origen. En la actualidad, la Ciudad acoge a apenas un centenar de ciudadanos de Marruecos que se encuentran acogidos en las naves a la espera de la resolución de sus respectivos expedientes.

De la misma forma, apuntan también desde Delegación, que se ha producido un descenso de la presión migratoria en Ceuta, “con un regreso a las cifras registradas antes de mayo”. Síntoma de unas relaciones bilaterales que recuperan la salud, matizan desde la institución que dirige Salvadora Mateos.

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