el psoe vuelve a asegurar que la retirada de las concertinas será inmediata

Casi tres lustros de vallas coronadas de cuchillas en el perímetro fronterizo

De cumplirse los plazos anunciados por el Gobierno central, las concertinas que coronan las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla desparecerán en las próximas semanas cumplidos casi tres lustros desde su instalación.

Valla de Ceuta (C.A.)
photo_camera Valla de Ceuta (C.A.)

El Gobierno de España acabará, por fin, con las concertinas. Al menos, eso es lo que se deduce de las últimas declaraciones del ministro del Interior Fernando Grande Marlaska a los periodistas el pasado jueves en los pasillos del Congreso. El entusiasmo con el que los socialistas anunciaron a mediados de año la retirada de las cuchillas que coronan las vallas de Ceuta y Melilla parecía haber ido enfriándose con el transcurso de los meses. Ahora, Grande Marlaska revela que la medida irá al Consejo de Ministros en el primer trimestre de 2019, aunque continúa sin precisar cuáles serán las actuaciones complementarias que se adoptarán para seguir garantizando la seguridad en la frontera.

Las polémicas concertinas entraron en el debate sobre el fenómeno migratorio cuando el por entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero decidió en 2005 coronar las vallas fronterizas de las dos ciudades autónomas con este agresivo medio de disuasión. La decisión supuso una inversión de más de 12 millones de euros del erario público. Más tarde, las concertinas fueron eliminadas de la valla melillense, pero en 2013 el Gobierno de Mariano Rajoy las repuso.

Ya el pasado octubre, Grande Marlaska adelantó en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados que su departamento manejaba tres alternativas a las concertinas. Sea cual fuere el modelo escogido, el ministro aseguraba que el nivel de seguridad sería idéntico o superior al que ofrecían actualmente las cuchillas.

El PSOE pretende acabar con un sistema de protección de la frontera que ha servido de inspiración a los gobiernos más extremistas de la Unión Europea. Tal es el caso de Hungría, cuya embajadora en España, Eniko Gyori, celebraba en 2015 en Ceuta el modelo español de contención de los flujos migratorios. De hecho, los húngaros se convirtieron pronto en clientes de la empresa malagueña European Security Fencing, suministradora del alambre empleado en las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla.

De cumplir con su proyecto de retirar las concertinas, ningún migrante volverá a sufrir las terribles heridas que ocasionan las cuchillas. Heridas abiertas con desgarros musculares y rotura de vasos sanguíneos, aun contra el parecer de algún exministro popular que, interpelado por el daño que podían infligir las concertinas, defendió su carácter “no agresivo”. Según sostuvo en 2013 el popular Jorge Fernández Díaz, las cuchillas no causaban sino heridas “leves y superficiales”.

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