Se pagaba entre 6.000 y 8.000 euros

Descubierta una presunta trama de venta de visados en el Consulado de España en Rabat

Una presunta venta masiva de visado Schegen a jóvenes marroquíes, de entre 25 y 30 años, que no cumplen los requisitos para obtener esa autorización, que abre las puertas de 26 países europeos, ha sido descubierta en el Consulado General de España en Rabat, según han explicado fuentes diplomáticas españolas conocedoras del asunto a diario digital El Confidencial.

consulado general de España en Rabat
photo_camera Exteriores investigará la presunta trama en el Consulado de Rabat

Según el diario digital, se sospecha que miembros del personal habrían estado vendiendo visados a jóvenes que no cumplían los requisitos para obtener uno, por lo que los peticionarios abonaban entre 6.000 y 8.000 euros.

El Ministerio de Asuntos Exteriores, que ha reconocido que en Rabat “se han detectado algunas irregularidades” de las que el cónsul, Rafael Fernánde Pita, ya ha informado a Madrid, además de abrir una investigación interna para determinar su alcance que sí se llevará a cabo, pero solo cuando el cónsul haya concluido sus indagaciones, que empezaron hace ya cuatro meses.

La policía belga fue la que dio la señal de alarma. A finales de mayo, ingresó en urgencias en un hospital de Brujas, según el diario dirigtal una joven marroquí en cuyo pasaporte figuraba un visado Schengen caducado expedido por el consulado de España en Rabat. Carecía de medios para sufragar la atención médica que recibía.

Tras consultar con las autoridades españolas, El cónsul en Rabat encargó entonces a uno de los responsables de visados que investigase el caso. La conclusión fue que los datos del solicitante habían sido introducidos correctamente en el sistema informático que se utiliza para la tramitación de visados, pero que no existía el expediente físico correspondiente. Es decir, no se habían aportado los documentos, tales como contrato de trabajo, nómina, acreditación de solvencia económica y otros, se explica en la información.

A finales de la década pasada, una funcionaria junto con un policía adscrito al consulado de España en Tánger, descubrieron una trama de corrupción de visados que el agente denunció entonces en un juzgado de Madrid.

La funcionaria descubrió rápidamente que en tan solo dos semanas de primavera habían sido otorgados 25 visados —2,5 por día laborable— que no estaban respaldados por ningún expediente físico. Sus solicitantes ni siquiera habían acudido al consulado para que se les tomase la huella dactilar que se introduce en el Sivico. Los empleados presuntamente corruptos que se encargaron de esa tarea activaron la pestaña de exención de las huellas, prevista en el programa informático para aquellos que padecen algún defecto en la yema de los dedos. Alguien les entregó los pasaportes y las correspondientes fotos biométricas, pero ningún documento más.

La jefa de visados y algunos de sus colegas sospecharon entonces, en conversaciones informales, que esos 25 casos eran solo un botón de muestra de la actividad de una trama corrupta que llevaba operando desde hace años y debía de contar con más de dos cómplices en el consulado.

El consulado de España en Rabat expide anualmente unos 35.000 visados Schengen —en todo Marruecos, son unos 150.000—, a los que hay que añadir otros 9.300 visados nacionales para aquellos que han solicitado la reagrupación familiar, que poseen un contrato de trabajo y también para estudiantes o jubilados pudientes que desean vivir en España.

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