cuatro niñoS casi mueren asfixiados

Una estrategia peligrosa

"No es la primera vez que ocurre". Pasada la medianoche del viernes, una llamada al 112 evitaba que cuatro menores murieran asfixiados en el interior de una batea. 

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photo_camera Un grupo de menores merodea por las vallas de acceso al recinto porutario/ A.S./ARCHIVO

Agentes de la Policía Portuaria socorrían a las 00.30 horas de este sábado a cuatro menores que habían quedado confinados en el interior de la batea de un camión estacionado en el dique de Poniente. Los adolescentes, todos ellos marroquíes, comenzaron a lanzar golpes y a proferir gritos de auxilio ante la falta de aire en el habitáculo.

La llamada de un ciudadano al servicio de Emergencias 112 evitó que el suceso concluyera trágicamente.

El incidente, sin embargo, no resulta infrecuente, según reconocen trabajadores del puerto. La presencia de menores extranjeros y migrantes adultos que merodean por las instalaciones portuarias con el propósito de abordar un camión en el que cruzar escondidos a la Península constituye una escena cotidiana.

Esta práctica no está exenta de riesgos. Los polizones cuentan con la colaboración de compañeros que desde el exterior cierran las portezuelas de las bateas con lo que, quienes acceden a su interior, se encuentran confinados en un espacio herméticamente clausurado. “No es la primera vez que sucede algo así, ni la primera que hay que atender a la carrera una llamada de auxilio como ésta”, comenta uno de los trabajadores del puerto.

El silencio de la noche es, en muchos casos, el principal aliado para evitar una tragedia. “Si una cosa como ésta ocurre durante el día, con el ruido intenso que genera la actividad del puerto, lo más probable es que nadie llegue a oír esos requerimientos de ayuda”, explica el trabajador.