“Los tiempos medios de permanencia de estas personas se ven afectados por la baja cifra de beneficiarios, que hace que la situación de una sola persona impacte notoriamente sobre el resultado”. Esta conclusión aparece contenida en la respuesta que el Gobierno ha ofrecido a una pregunta parlamentaria en la que se le interpelaba sobre la situación de los migrantes asiáticos en el Centro de Estancia Temporal de Migrantes (CETI). Un grupo de nacionales de Bangladesh, India, Birmania, Paquistán y Ceilán protagonizaron el pasado octubre una concentración en la Plaza de los Reyes para reclamar que se les permitiera abandonar Ceuta con destino a la Península.
Según los datos aportados por el propio Gobierno, la estancia media de bangladesíes y pakistaníes supera el doble de la registrada para el conjunto de los residentes en el CETI. Mientras el tiempo medio de espera antes de partir hacia la Península se sitúa en 111 días, un pakistaní y un bangladesí han de aguardar, respectivamente, hasta 239 y 222 para abandonar el centro. En el caso de los birmanos, la espera se alarga hasta los 128 días.
El Gobierno asegura en su respuesta que algunos de los nacionales que mayor tiempo permanecen en el CETI ponen “reticencias” al traslado.
En 2017, el número de traslados a la Península desde el centro alcanzó los 1.859.