Ceuta registró durante el pasado año 392 solicitudes de asilo, 71 más de las formalizadas en el transcurso de 2013. El dato consta en el informe “Las personas refugiadas en España y en Europa”, hecho público hoy por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).
El documento de CEAR detalla el comportamiento adoptado por los distintos países europeos en materia de protección internacional a las personas que se ven obligadas a huir de sus países empujadas por conflictos bélicos o persecuciones.
El incremento en el número de personas que solicitaron protección en Ceuta respecto a 2013 resulta, a juicio de los redactores del informe, “engañoso”. CEAR advierte de que el dato está condicionado por un gran número de renuncias al procedimiento de protección internacional, sobre todo, entre personas originarias de zonas en conflicto como Malí, República Democrática del Congo o Somalia. El dato contrasta con el aumento de peticiones promovidas por ciudadanos sirios, quienes se vieron animados a plantear sus solicitudes tras una campaña de información y orientación impulsada por CEAR.
La causa del distinto comportamiento mostrado por sirios y subsaharianos ha de buscarse en el diferente trato que reciben de la Administración. Mientras los primeros son trasladados a la Península en el momento en el que tramitan su petición de asilo, los segundos han de aguardar en el CETI la resolución de sus expedientes. Ante este horizonte, muchos optan por renunciar a su solicitud.
En todo caso, ni una sola de estas solicitudes se ha tramitado en la Oficina de Protección Oficial inaugurada el pasado noviembre en el puesto fronterizo de El Tarajal. No lo ha hecho ningún sirio y para el resto de personas procedentes del África subsahariana acceder a la oficina es, sencillamente, imposible debido a que Marruecos les veta el paso.
Situación de los CETI
“La falta de recursos materiales y humanos impide que puedan presentarse servicios a los solicitantes de asilo en las condiciones que la ley garantiza”, denuncia CEAR en su informe la siutación de los centros de estancia temporal de inmigrantes. Tales condiciones impiden, por ejemplo, garantizar el respeto a la unidad familiar, la intimidad de los residentes o el acceso a servicios tan básico como el agua caliente.
El documento detalla cómo, pese a que el CETI de Ceuta fue construido para dar albergue a 512 personas, la media mensual de ocupación durante 2014 fue de 631.
