una estrategia de comunicación

Interior cultiva el discurso del migrante violento

Las manifestaciones del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, en las que calificaba de "ataque muy radical" el salto a la valla protagonizado el pasado martes por 73 jóvenes subsaharianos, evidencian la estrategia de comunicación seguida por su departamento para presentar el fenómeno migratorio ante la opinión pública bajo una determinada luz.

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photo_camera Un grupo de residentes del CETi embarcan camino de la Península el pasado enero (C.A.)

Las reflexiones del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, sobre el salto a la valla fronteriza protagonizado por 73 migrantes en la madrugada de ayer martes insiste en el argumentario que su departamento inauguró a finales del pasado año. Su colaborador, el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, afirmó en diciembre de 2016, durante una visita a la ciudad, que los migrantes habían resuelto emplearse con una violencia cada vez mayor en sus intentos de franquear la valla fronteriza. Apenas tres meses más tarde, en la Comisión de Interior del Congreso, Nieto sentenciaba: “Los asaltos al perímetro fronterizo de Ceuta y Melilla son cada vez más violentos”.

La entrada del grupo de migrantes registrada este martes ha servido para insistir en este discurso. El ministro Zoido, que habló de “ataque muy radical”, no fue el único dirigente popular con responsabilidad institucional que atribuyó a los jóvenes subsaharianos una actitud agresiva hacia las fuerzas de seguridad que custodian el perímetro fronterizo.

El portavoz del Gobierno local y consejero de Gobernación, Jacob Hachuel, acusó a los migrantes que tratan de entrar en la ciudad de albergar “intenciones violentas”.

zz1El mensaje que presenta como individuos peligrosos a los extranjeros que acceden clandestinamente a España a través de la valla ha sido cultivado cuidadosamente por la representación del Gobierno de España en la ciudad. De hecho, una de las imágenes difundidas durante la visita del secretario de Estado de Seguridad a Ceuta en diciembre pasado mostraba al responsable de Interior y al delegado del Gobierno, Nicolás Fernández Cucurull, junto a un mando de la Guardia Civil que exhibía una maza y varias cizallas incautadas a los subsaharianos.

Las organizaciones humanitarias y de defensa de los derechos de los extranjeros han negado reiteradamente estas imputaciones. Las oenegés mantienen que las herramientas que los migrantes abandonan tras de sí son empleadas para violentar las puertas que jalonan el vallado y, en el caso de los garfios caseros que la Guardia Civil ha recuperado en varias ocasiones, para trepar por el entramado del cercado.

El salto del pasado martes llevó al hospital a una quincena de migrantes que habían sufrido fracturas y heridas abiertas infligidas por las concertinas, las afiladas cuchillas que coronan la valla. La Delegación del Gobierno informó de que tres agentes de la Guardia Civil resultaron lesionados.

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