El Gobierno de Marruecos no parece dispuesto a convertirse en el centinela de la frontera de la Unión Europea sin una contraprestación satisfactoria. Rabat es testigo privilegiado de la crisis migratoria a la que ha de hacer frente su vecino europeo. El número de migrantes que han desembarcado en las costas andaluzas o han entrado irregularmente en las ciudades de Ceuta y Melilla asciende en lo que va de año a 26.260 personas. En el mismo periodo de 2017 el número de extranjeros indocumentados que llegaron a España alcanzó los 12.084.
Las autoridades marroquíes ya se han apresurado a dejar clara su posición. Si la pasada semana la embajadora de Marruecos en Madrid, Karima Benyaich, aseguraba en un acto público que su país esperaba el apoyo de otros, el portavoz del Gobierno marroquí, Mustafa Jalfi, se mostraba más explícito el jueves. Jalfi sostuvo que el esfuerzo de Rabat no era correspondido por un respaldo equivalente de los socios europeos.
El anuncio de que la Comisión Europea ha desbloqueado 55 millones de euros correspondientes al Fondo Fiduciario para el norte de África para ayudar a la gestión de las migraciones está lejos de resultar suficiente para las aspiraciones marroquíes. La mitad de estos fondos irán destinados a colaborar con Túnez y Marruecos en la acogida y asistencia de los miles de migrantes que llegan a su territorio con intención de cruzar a Europa.
Mientras, la UE aduce que las ayudas a Rabat alcanzaron en la última década los 100 millones de euros. Según las autoridades comunitarias, Marruecos es, tras Libia, e segundo país de la ribera mediterránea que más fondos ha recibido de Bruselas
La actitud del Gobierno del país vecino hacia el fenómeno migratorio resulta fundamental para Ceuta. La Ciudad Autónoma ha recibido en lo que va de año la llegada de 1.486 personas, 1.223 de las cuales lo hicieron por vía terrestre. El salto a la valla de 602 personas el pasado día 26 ha sobreocupado las instalaciones del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), creado para albergar a 512 residentes. En la actualidad, aloja a 1.209 migrantes.
Un hipotético nuevo salto masivo comprometería las capacidades de la ciudad para prestar atención y hospedaje a los recién llegados.
Ante lo crítico de la situación, el Gobierno español ha tratado de acelerar la visita pendiente que todavía han de mantener el presidente Pedro Sánchez y el rey marroquí Mohamed VI , que previsiblemente se celebrará en las próximas semanas.
