Los diez migrantes subsaharianos detenidos ayer en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) han pasado esta mañana a disposición judicial. Los arrestados están acusados de la presunta comisión de los delitos de atentado, organización criminal y lesiones.
En torno a las nueve de la mañana, un furgón de la Guardia Civil custodiado por un amplio despliegue de agentes de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) entraba en el Palacio de Justicia. Minutos más tarde, un segundo vehículo trasladaba al interior del edificio judicial al resto de los detenidos.
El Juzgado de Instrucción número 5 ha decretado el secreto de las diligencias.
La Guardia Civil atribuye a los diez subsaharianos la responsabilidad de la organización y dirección del salto a la valla que el pasado 26 de julio protagonizaron 602 migrantes. La entrada de los jóvenes africanos se saldó con 22 guardias heridos de distinta consideración.
Las autoridades acusaron a los extranjeros de emplear una “violencia extrema” contra los agentes de la Guardia Civil. Según la versión oficial, los migrantes emplearon sierras radiales, cizallas y mazos para cortar los vallados de protección de la frontera y lanzaron recipientes de plástico con excrementos y cal viva a los guardias, a quienes habrían atacado con sprays empleados como lanzallamas, piedras y palos. La Guardia Civil revela que se intervinieron cócteles molotov y varias bolsas con hachís.
