La determinación del migrante subsahariano que permanece encaramado a la valla fronteriza desde las nueve de la mañana del jueves ha puesto en una comprometida situación a la Delegación del Gobierno. La resistencia del joven a desistir de su propósito ha situado el punto de mira de organizaciones humanitarias y representantes públicos sobre su inusual pertinacia.
El hombre ha estado acompañado hasta entrada la pasada madrugada por otros tres migrantes que treparon junto a él por el cercado en uno de los tramos situados en el entorno del Fuerte Anyera. Según informa la Guardia Civil, en torno a la una de la mañana uno de ellos descendía voluntariamente de la valla para retornar a territorio marroquí. Poco más tarde, los otros dos eran devueltos al país vecino en lo que parece no ser más que la aplicación de la doctrina del “rechazo en frontera” defendido por el Gobierno o “devolución en caliente”, según la terminología de las asociaciones humanitarias.
Ninguno de ellos ha sido sometido a reconocimiento médico alguno ya que el dispositivo de la Cruz Roja no permanecía activo a esas horas. Esta situación ha llevado a la oenegé Caminando Fronteras a cuestionar, a través de su activista Helena Maleno, el procedimiento seguido por los agentes. “¿Quién confirmó que no había lesiones”, preguntaba Maleno en su cuenta de Twitter.
Las autoridades no renuncian, sin embargo, a que el joven deponga su actitud y se avenga a descender de la valla. La Delegación del Gobierno ha dispuesto incluso una grúa para facilitar la maniobra.
El estado de salud del joven, castigado tras más de un día en la valla, y el escrutinio al que las entidades humanitarias y algunos representantes públicos están sometiendo el incidente serán determinante para la suerte del migrante.