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¿Qué ocurre al otro lado de la valla?

La mayoría de las noticias que recibimos versan sobre la situación de los migrantes una vez han conseguido acceder a territorio español.

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photo_camera Migrantes que han conseguido acceder a Ceuta (C.A./ARCHIVO)

La mayoría de las noticias que recibimos versan sobre la situación de los migrantes una vez han conseguido acceder a territorio español. Sabemos cómo se encuentran en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) y que cada cierto tiempo ponen rumbo a la Península donde son acogidos por otros centros u oenegés. Al otro lado del Estrecho se les pierde la pista pero podemos suponer o tener la sensación de que van a recibir el mismo trato que se les ha dispensado en Ceuta, incluso algunos van a tener más suerte que otros y van a poder ganarse la vida vendiendo ciertos productos o haciendo de “gorrillas” en los aparcamientos. Sea como fuere, de lo que no cabe ninguna duda es que van a llevar una vida mejor de la que tenían meses antes de llegar a España.

La gran mayoría de los migrantes deciden abandonar sus hogares porque están en guerras o simplemente por el deseo de buscar una vida mejor para él y para su familia. Muchos inician un camino sin saber qué les deparará el futuro, si conseguirán cumplir ese sueño tan ansiado de pisar suelo Europeo o, por el contrario, sus planes se quedarán por el camino.

Todos deben pasar por Marruecos antes de llegar a Ceuta. Una experiencia nada grata, según relatan, desconocida para muchos pero que es necesario que salga a la luz para conocer la realidad en la que se encuentran los migrantes al otro lado de la valla.

Hace algún tiempo los migrantes se asentaban en campamentos próximos a nuestra ciudad y allí esperaban hasta que llegaba el momento de franquear la valla que separa Ceuta y Marruecos. Un hecho solo apto para héroes dada la dificultad del mismo, pero que deben realizar, así manifiestan, ya que su tiempo en el bosque, como lo llaman, tiene fecha de caducidad, al malvivir sin comida ni agua.

Son los voluntarios de oenegés o personas implicadas en la causa las que se encargan de visitar a estos migrantes para llevarles comida, bebida y algo de ropa y así hacerles este infierno más llevadero.

Sin embargo, estos asentamientos próximos a la valla han desaparecido ya que la policía marroquí realiza redadas casi a diario. Estos migrantes son desplazados hacia el sur con el objetivo de evitar que se acerquen al perímetro fronterizo.

Este es el motivo por el que no se producen entradas masivas desde hace mucho tiempo, concretamente desde el pasado mes de agosto en el que más de 200 consiguieron acceder a territorio español.

Los intentos se producen casi a diario, pero de momento todos han sido frenados por Marruecos que consigue dispersar a los migrantes, en muchas ocasiones los detienen y en otras los alejan de la zona. 

Ahora con la llegada del buen tiempo, las entradas comenzarán a realizarse a través de pateras, lanchas a motor o motos acuáticas, una práctica que se puso de moda el pasado verano

La buena colaboración entre España y Marruecos ha llevado al país vecino a iniciar las obras de una especie de fosa, que tienen previsto construir a pocos metros de la valla fronteriza, y que llenarán de concertinas para dificultar el paso y acercamiento de los migrantes. Una medida que sin duda frenará las entradas masivas y que obligará a estas personas a buscar un camino alternativo para hacer realidad ese sueño de acceder a territorio español y dejar atrás una pesadilla difícil de olvidar.

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