Desde que a mediados de mayo unos 12.000 migrantes accedieran a Ceuta a nado desde Marruecos Ceuta se ha llenado de asentamientos ilegales que lo único que traen es insalubridad.
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, aseguró en su última comparecencia que aun quedan en Ceuta 3.000 de los migrantes que entraron. 800 menores están controlados por el Gobierno local, otros tantos adultos acogidos en las naves del Tarajal. Sin embargo, aun son muchos los que siguen deambulando por las calles y se niegan a recibir las ayudas que les proporciona la Ciudad.
Prefieren dormir en la calle y sobreviven gracias a la comida que les dan muchas asociaciones y particulares. Este es el gran problema, mientras sigan manteniéndolos ellos continuarán en las calles en vez de vivir en algunas de las instalaciones habilitadas.
Aún así, Sanidad ha comenzado esta semana a realizar una evaluación sanitaria de los migrantes marroquíes que permanecen en asentamientos para descartar que tengan alguna enfermedad.
El Gobierno ceutí ha reclamado al Estado una solución inmediata a la situación insostenible que estamos viviendo.
