Escenas del campamento del Centro Ecuestre y del CETI tomadas hoy/ ANTONIO SEMPERE
La entrada de 438 jóvenes subsaharianos en la ciudad el pasado viernes fue posible gracias a la relajación de la vigilancia del perímetro fronterizo en el lado marroquí. Así lo constatan los migrantes que participaron en el salto de la valla y que en estos días se encuentran acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
Según los relatos confiados a Ceuta Actualidad, los 800 migrantes que esperaban su oportunidad para franquear la valla aprovecharon la escasa presencia de las fuerzas de seguridad marroquí para aproximarse al cercado. La reacción de los militares sirvió apenas para evitar que la mitad de los jóvenes fueran repelidos. El resto logró atravesar la valla con una facilidad que llegó a sorprender a los propios protagonistas.
“La segunda puerta estaba abierta, así que resultó fácil –explica un joven marroquí- Entramos en fila, de uno en uno, y allí nos encontramos con la Guardia Civil que nos dio algunos golpes”.
Los migrantes explican que, al contrario de lo que sucede en otras ocasiones en las que los intentos de franquear la valla resultan particularmente cruentos, en esta ocasión la mayor parte de las personas que fueron atendidas en el hospital sufrieron sus heridas antes de la tentativa.
Vida en el CETI
Mientras, los aproximadamente 300 migrantes que ocupan el improvisado campamento levantado en los aparcamientos del Centro Ecuestre se aclimatan a su nueva rutina. La convivencia transcurre sin incidentes a pesar de las condiciones del albergue, levantado con las tiendas de campaña cedidas por el Ministerio de Defensa.
Las autoridades continúan trabajando para restituir la normalidad en el CETI, actualmente ocupado por más de un millar de residentes, lo que supone el doble de su capacidad máxima. Las primeras evacuaciones hacia la Península podrían comenzar a practicarse este jueves.