Ceuta cuenta desde 2013 con una embarcación de intervención rápida capaz de atender cualquier tipo de emergencia en la mar. Estamos hablando de la "Salvamar Atria", un buque de rescate que opera en todo el Estrecho. Las características del barco han variado con el paso de los años. A día de hoy, nos encontramos con una Salvamar de mayores dimensiones, con un equipamiento más moderna y motores más potentes, capaz de solventar cualquier contratiempo que se le ponga por delante.
Desgraciadamente, este barco naranja, tan característico, es conocido por la mayoría, sobre todo, por la labor que desempeña casi a diario salvando la vida de miles de personas que se lanzan al agua en busca de una nueva ilusión. Este buque los rescata de lo que sería una muerte segura.
Seis personas (dos patrones, dos mecánicos y dos marineros) permanecen vigilantes los 365 días del año. Sin duda, son los verdaderos protagonistas de esta historia, los que día a día se juegan la vida. Ceuta Actualidad ha podido comprobar de primera mano el trabajo que estos profesionales desempeñan. Los compañeros de este diario digital no han dudado en subirse a la embarcación y vivir junto a Julio, Carlos y Fran un simulacro de emergencia en alta mar. La tripulación nos cuenta sus vivencias en un barco al que consideran ya su segunda casa.
El patrón y capitán de la "Salvamar Atria", Julio Selles, nos comenta cómo es la experiencia cada vez que recogen una patera llena de inmigrantes, cuál es el protocolo a seguir desde que Tarifa Tráfico les da la voz de alarma y, sobre todo, cómo ha evolucionado la crisis migratoria con el paso de los años.
Antes, los meses de verano eran los de mayor afluencia de llegada de inmigrantes a Ceuta, ahora cualquier mes del año es bueno para conseguir pisar suelo español. “La miseria en la que viven les hace intentar, una y otra vez, entrar en España aun jugándose la vida. No tienen nada que perder. Es tanta la necesidad que compensa el riesgo”, explica Selles.
La colaboración de Marruecos, imprescindible
Tal y como nos cuenta Julio Selles, la colaboración de las autoridades marroquíes ha mejorado mucho las cosas. La implicación del país vecino ha hecho que disminuya de manera considerable el número de personas que deciden entrar a Ceuta vía marítima. El hecho de que elijan la frontera terrestre como medio para acceder a Europa también ha influido bastante, nos asegura.
Julio lleva varios años desempeñando este duro trabajo al que le ve dos vertientes. Por un lado, es gratificante y agradecido ya que siempre que sale la Salvamar de puerto es para ayudar a alguien o solucionar algún problema. Pero al mismo tiempo, es doloroso, sobre todo cuando se refiere a la inmigración. “Vives muy de cerca las condiciones en las que llegan, su desesperación, su miedo, su incertidumbre… Por muchos rescates que realizas nunca te acostumbras al drama migratorio”, reconoce.
Este drama del que habla Julio lleva como añadido el número tan elevado de personas que fallecen en el intento. Una cuestión de la que el patrón de la Salvamar prefiere no hablar: “Son experiencias nada agradables que se te quedan grabadas para siempre, que te marcan la vida".
De 20 a 25 servicios al mes
Aunque haya quien piense lo contrario, la base de Ceuta es una de las que más servicios realiza a lo largo del año. No olvidemos que nos encontramos en una zona muy peculiar en la que confluyen tres países: Marruecos, España y Gibraltar. “Llevamos a cabo un poquito de todo: servicios de contaminación, inmigración, evacuaciones médicas, remolques a diferentes buques, en definitiva, una media de 20 a 25 servicios al mes”.
La "Salvamar Atria", una embarcación de salvamento con base en Ceuta que guía, sin duda, la esperanza de vida de esas miles de personas que sólo buscan una vida mejor.
