todo listo para los festejos religiosos

4.496 reses para celebrar la Fiesta del Sacrificio

Como en años anteriores y para garantizar todas las condiciones sanitarias, el Gobierno ha dispuesto 21 carpas y ha acotado una zona en Bermudo Soriano. Hoy la comunidad musulmana celebra una de las festividades más importantes del año.

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photo_camera La Consejería de Sanidad ha autorizado la entrada en la ciudad de 4.496 reses, 4.207 ovinas y 289 caprinas / ARCHIVO

La Ciudad está preparada para celebrar una de las festividades más importantes para la comunidad musulmana: la Fiesta del Sacrificio, que este año es día no lectivo. Como en años anteriores y para garantizar todas las condiciones sanitarias, el Gobierno ha dispuesto 21 carpas en las barriadas de Villajovita, Estación de Ferrocarril, Sardinero, Benzú, Cortijo Moreno, Tejar de Ingenieros, Finca Guillén, San José, Patio Castillo, Sidi Embarek-La Reina, Pasaje Recreo, Miramar Bajo, Loma Colmenar, Doctora Soraya, Virgen de la Palma, Príncipe Felipe, donde habrá dos, Príncipe Alfonso, con tres, y como novedad habrá una carpa en Villa Aurora-República Argentina. De estas carpas, 12 han sido licitadas por la Consejería de Presidencia, Gobernación y Empleo y las restantes corresponden a la FPAV. Además, como es habitual, se ha acotado una zona en la barriada Bermudo Soriano para efectuar el sacrificio, donde Obimace también instalará las correspondientes tomas de agua y los anclajes para los animales.

La Consejería de Sanidad, Consumo y Menores ha autorizado la entrada en la ciudad de 4.496 reses, 4.207 ovinas y 289 caprinas, y Athisa y la FPAV se encargarán de la distribución entre los vecinos de hasta 10.000 bolsas especiales para los despojos animales. Desde la Ciudad se hace un llamamiento a la ciudadanía para que colabore introduciendo los restos de los animales en las bolsas de 40 kilos de capacidad y que no se deben dejar en los contenedores grises, pues se realizarán batidas durante todo el día para recogerlas y así facilitar el tratamiento debido de esos residuos, de lo que, como en ediciones anteriores, se ocupa esta empresa especializada, que los deposita en sus instalaciones hasta su traslado a una planta de tratamiento en la península.

Por su parte, TRACE se encargará de realizar baldeos previos en las zonas en las que se colocarán las carpas, limpieza que combinará el trabajo manual con el uso de medios mecánicos. Una vez que el lunes haya concluido el sacrificio, se incorporará a los baldeos manuales y mixtos una hidrolimpiadora y una brigada adicional para la realización de una limpieza de choque.

Origen de la fiesta

Los musulmanes celebran el Aid-El-Kebir o Fiesta del Sacrificio sacrificando a un cordero en honor a la ofrenda que Abraham realizó. Con esta festividad, la comunidad recuerda que Islam significa sumisión, ya que nadie mostró mejor sumisión a Dios que Abraham cuando estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo primogénito Ismael como prueba de su lealtad a Dios. Al final, Dios fue clemente y paró su brazo en el aire justo cuando iba a cercenar el cuello de su hijo. Agradecido, Abraham sacrificó en su lugar un carnero y es en imitación de ese acto, que los musulmanes sacrifican sus animales en lo que se considera la Fiesta Mayor del Islam.

Todo se hace según la tradición. Al llegar el momento del sacrificio, se coloca la cabeza del animal en dirección a La Meca. El primer día de esta fiesta, que suele alargarse hasta tres jornadas, se preparan los callos y las vísceras; el resto de la carne será cocinada durante los siguientes días y compartida con familiares y amigos. Además, un tercio de la carne se destinará para aquellos que no tuvieran suficiente dinero para realizar esta ofrenda.

De hecho como ya les contó Ceuta Actualidad se han puesto en marcha diferentes iniciativas solidarias para recaudar fondos para poder comprar un cordero a las familias más necesitadas de la ciudad.

El musulmán acude a la oración tras haber realizado la ablución mayor y haberse ataviado con su mejor ropa, limpia y perfumada. Recita unos versículos que sólo se llevan a cabo durante las dos fiestas anuales y en los enterramientos. Los musulmanes glorifican a Dios hasta que el imán inicia la oración recitando siete y haciendo dos prosternaciones. Después, el imán  pronuncia una jutba (‘sermón del viernes’) a los miembros de la comunidad que se hallan presentes. Por último, se disuelve la reunión y los asistentes se besan en señal de hermanamiento y se felicitan por la fiesta.

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