vega deberá reorganizar una plantilla deficitaria

Año 1 después de Ángel Gómez

El coronel del ejército Sebastián Vega tomaba posesión del cargo de superintendente de la Policía Local el pasado jueves. Vega ocupa un puesto que ha tenido como único titular desde 1982 y hasta 2015 al ya retirado Ángel Gómez. El nuevo jefe policial tiene ahora ante sí el reto de reorganizar un cuerpo con numerosas competencias pero con una plantilla insuficiente.

Hachuel Gómez Policía Local
photo_camera El consejero de Gobernación, Jacob Hachuel, con el que fuera superintendente de la Policía Local, Ángel Gómez/ ARCHIVO

“La verdad es que hace tanto tiempo que no se hace que desconocemos cómo funciona el protocolo”. El consejero de Gobernación, Jacob Hachuel, se confesaba ante la prensa desorientado ante la encomienda de organizar el acto de toma de posesión del nuevo superintendente de la Policía Local, Sebastián Vega. El desconcierto del consejero no merece ningún reproche. Vega es el primer jefe de cuerpo que accede al cargo desde 1982. Desde esa fecha y hasta 2015, el puesto ha venido siendo ocupado ininterrumpidamente por su antecesor, Ángel Gómez.

La Policía Local acabó siendo un cuerpo diseñado a imagen y semejanza de Gómez, inspirador de su organización y muñidor de una gestión no pocas veces controvertida. Entre los logros que haya podido alcanzar el exsuperintendente al frente del cuerpo no figura el de forjar una relación armoniosa con los representantes sindicales. Esta desafección le acompañó hasta finales de su mandato. Fue, precisamente, un recurso interpuesto por la UGT por la vía contencioso-administrativa la que le privó de la medalla al mérito policial con la que la Ciudad quiso despedirle tras más de tres décadas como máximo responsable del cuerpo. Según el juez, el exsuperintendente no reunía los requisitos legales necesarios para recibir la condecoración.

La despedida de Gómez tras 33 años de servicio, deslucida por el incidente de la medalla, abrió un periodo de incertidumbre sobre el futuro de la Policía Local ceutí. Su jefe durante tres décadas había configurado una estructura que se vio menoscabada cuando el Gobierno local, acuciado por las exigencias impuestas desde Madrid para el control del gasto, dejó de invertir en el cuerpo. La Consejería se encontró a la salida de Gómez con una plantilla insuficiente para atender las necesidades de las distintas unidades ya consolidadas y las de nueva creación. Esta misma semana, el BOCCE convocaba el proceso por el que los policías en activo podían solicitar su integración en la nueva unidad contra la violencia de género.

 

Reestructuración

Meses después de la retirada de Gómez, el consejero Hachuel comenzó a hablar de la necesidad de acometer un proceso de reasignación de agentes a los distintos servicios, tarea cuyo inicio condicionó a la llegada al cargo del nuevo superintendente. Elegido Sebastián Vega, éste será, precisamente, su más inmediato y exigente reto.

Un ejemplo puede servir para describir el errático proceder con el que la Jefatura y la Consejería se han conducido durante los últimos años. En agosto de 2015, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, presentó con toda solemnidad ante el edificio del Palacio de la Asamblea la que habría de ser la nueva patrulla ecológica de la Policía Local, una unidad creada para hacer valer el cumplimiento de las ordenanzas medioambientales. El vehículo rotulado con la leyenda “patrulla ecológica” todavía puede verse rodar por las calles de la ciudad, aunque, en realidad, la unidad jamás llegó a entrar en funcionamiento. “Pintaron un coche de verde y nos dijeron que ésa era la patrulla ecológica”, recuerda con sorna el sindicalista de CSIF, Jaime Hoyos.

El problema al que se enfrenta el superintendente Vega es el de conciliar la multiplicidad de servicios encomendados a la Policía Local con el número real de agentes de los que dispone el cuerpo. Una tarea que los sindicatos consideran inatacable. Como mantiene el sindicalista de CCOO José López, o se aumenta la plantilla para satisfacer las exigencias de la actual estructura, o se mantiene inalterado el número de policías pero a cambio de un modelo de policía de competencias más reducidas.

Desde 2009, y hasta 2016, año en el que el Gobierno decidió sacar a concurso nueve plazas, el número de agentes en servicio no ha hecho más que reducirse. La actual plantilla del cuerpo está integrada por 284 policías, muy lejos de los 320 que la llegaron a formarla en 2005.

La Policía Local, además, habrá de solucionar el sudoku que le planteará el compromiso asumido por la Ciudad con la Delegación del Gobierno para destacar un número nada desdeñable de agentes municipales a las tareas de apoyo a la Policía Nacional en la frontera de El Tarajal.

Y por si todo ello fuera poco, la Consejería debe lidiar todavía con la ofensiva judicial que los sindicatos han lanzado contra el nuevo reglamento de la Policía Local por cuyo articulado se ha regido el nombramiento de Sebastián Vega. La jurisdicción contencioso-administrativa verá el próximo día 18 en juicio el recurso planteado por el sindicato UGT contra la disposición del reglamento que ampara la utilización del sistema de libre designación para cubrir la plaza de superintendente. Los sindicalistas concluyen que la inexistencia de una relación de puestos de trabajo impide emplear este procedimiento.

Por otro lado, CCOO también ha utilizado la vía judicial para impugnar el artículo del reglamento que abre la posibilidad de que un miembro de las Fuerzas Armadas pueda ser elegido jefe del cuerpo. Sebastián Vega es coronel del ejército.

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