Viajeros ceutíes del Intercity de Madrid se ven aislados en Algeciras tras un retraso de más de cuatro horas

El tren tenía prevista su llegada a Algeciras 5 horas y 37 minutos después de su salida a las 15.05, pero los pasajeros no consiguieron alcanzar su destino hasta pasada la una de la madrugada, casi seis horas antes de la salida del primer ferri hacia Ceuta. 

Estación de ferrocarril de Algeciras
photo_camera Estación de Algeciras (C.A./ARCHIVO)

La conexión férrea entre Algeciras y Madrid continúa siendo una pesadilla para ceutíes y campogibraltareños. Las averías y demoras en unos trenes que constituyen la principal alternativa de los ceutíes para viajar a la capital del país se suceden año tras año.

Quienes ayer martes tomaron en Madrid el Intercity 9330 con salida a las 15.05 horas pueden dar testimonio de las deficiencias del servicio. El tren tenía prevista su llegada a Algeciras 5 horas y 37 minutos después de su salida, pero los pasajeros no consiguieron alcanzar su destino hasta pasada la una de la madrugada.

En este caso, el Intercity se vio afectado por una avería en la línea entre Madrid y Algeciras que ocasionó retrasos en 44 trenes que cubrían el servicio entre la capital de España y Andalucía. Según el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), los fuertes vientos que se registraron ayer son la causa más probable de la avería.

Después de salir de Madrid con más de media hora de retraso, el Intercity permaneció detenido durante casi tres horas en la provincia de Toledo. Los pasajeros recibían en sus móviles mensajes de Renfe en el que se les advertía de que el tren acumulaba un retraso de 45 minutos «debido a una incidencia por causas atmosféricas adversas».

Según ceutíes que viajaban en el convoy, el personal del tren explicó que la parada no programada en La Sagra se debía a un problema técnico en la locomotora. «Todos protestamos y allí estuvimos casi tres horas hasta que se reanudó el viaje», explica Mercedes, una pasajera ceutí.

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Los viajeros fueron informados entonces de que en Córdoba serían transbordados a autobuses que les llevarían, según su destino, a Ronda y Algeciras. En el autobús, los pasajeros recibieron una bolsa con lo que se suponía había de ser la cena de esa noche: un paquete de galletas, otro de patatas, un zumo y un botellín de agua.

Los viajeros acabaron encontrándose en plena madrugada en las calles de Algeciras, cuando, en el caso de los ceutíes, todavía faltaban al menos seis horas para que zarpara desde el puerto el primer ferri con destino a Ceuta. En esta situación, muchos de los afectados se vieron obligados a hospedarse en el Hotel Octavio, establecimiento situado justo frente a la estación de ferrocarril.

No es, desde luego, la primera vez que los usuarios de la línea Algeciras-Madrid se ven perjudicados por el deficiente servicio que presta Renfe. Ya el pasado día 8, la línea estrenaba 2023 con un retraso de dos horas. «Una auténtica barbaridad, una vergüenza, una falta de servicio y de compromiso», se quejaba entonces el alcalde algecireño, José Ignacio Landaluce, irritado no solo por esa incidencia concreta sino por el historial de incumplimientos del servicio.

A finales de diciembre, la plataforma ciudadana «Andalucía Bay» hacía público un informe en el que detallaba las incidencias registradas en el servicio desde 2018. Desde ese año, se han contabilizado 256 días con problemas en el trayecto. La plataforma se quejaba que las dispuestas para el servicio son locomotoras que fueron desechadas en Extremadura, trenes que circulan por una vía construida en el siglo XIX.