Una jornada más, y ya son demasiadas sin que nadie parezca dar con la tecla para dar una solución, la nacional 352 en dirección a la frontera se convirtió en una auténtica ratonera. El atasco de coches llegaba hasta Juan XXIII. En esa zona la Policía Local intentaba organizar el tráfico y derivar a los coches patera a la explanada del Chorrillo o bien enviarles a la Avenida Martínez Catena.
Una noche más, los vecinos de Miramar bajo, Juan XXIII, La Almadraba y toda la zona de Loma Colmenar, incluyendo los accesos al Hospital, han tenido complicado llegar hasta sus casas o sus puestos de trabajo. El colapso en la frontera a esa hora ocasionaba que pasada la medianoche aún se registraron importantes retenciones.
