La crisis ha modificado el perfil de las personas que recurren al comedor benéfico que la asociación Luna Blanca instala todos los años junto a la mezquita de Sidi Embarek con ocasión del Ramadán. El presidente de la entidad, Mustafa Abdelkáder, reconoce que la coyuntura económica y su incidencia sobre las capas sociales más desfavorecidas han traído hasta el comedor a un nuevo tipo de usuario.
“En años anteriores, atendíamos fundamentalmente a transeúntes, pero ahora quienes acuden a solicitar alimentos son los residentes –explica Abdelkáder- No me atrevería a hablar de pobreza total, pero sí de que hay mucha gente que atraviesa necesidad”.
El comedor de Sidi Embarek acoge a unas 1.200 personas en la denominada “Operación Ramadán”, la mayor parte de ellas familias con una media de cuatro miembros.
“La llegada de nuevos residentes, la falta de salidas laborales, todo ello conforma un escenario que evidentemente ayuda a que se mantenga estas situaciones de necesidad”, continúa Abdelkáder.
Luna Blanca trabaja a lo largo de todo el año en la atención social a los más necesitados. Paralelamente a la apertura del comedor, y como actividad permanente, la asociación distribuye bolsas de alimentos entre las personas con mayores dificultades económicas.
