La extrapeninsularidad de la ciudad es un problema traído y llevado por partidos políticos y ciudadanos. Este aspecto, que para muchos puede resultar hasta exótico, para una ciudad de apenas 20 kilómetros cuadrados y frontera sur de Europa es un hándicap importantísimo para, por ejemplo, la llegada de turistas.
El Gobierno pone en marcha campañas de publicidad al otro lado del Estrecho para fomentar la visita de peninsulares. Los comerciantes también ponen toda la carne en el asador pero no pueden luchar contra el gigante de las navieras. Los precios para una travesía de unos 14 kilómetros hacen que los turistas se lo piensen muy mucho antes de cruzar para conocer a la pequeña, dulce y marinera Ceuta. Unos precios que varían dependiendo de la compañía que se escoja pero que son algo más bajos en Balearia, que ostenta el contrato de línea de interés público, un documento que obliga a tener unos precios más asequibles. Pero hecha la ley, hecha la trampa. Adquirir un billete para el mismo trayecto en el vecino país es más barato que hacerlo en España. Así un billete con coche, ida y vuelta, Algeciras- Ceuta cuesta 1.780 dirhams, unos 162 euros si se compra en Marruecos, mientras que si se hace en España el precio llega a los 179 euros.
Por otro lado, la apertura del puerto de Tánger Med ha provocado una diferencia de precios importante. Un pasajero que viaja entre Algeciras y Tánger debe pagar 17,25 euros por trayecto mientras que si lo hace a Ceuta el importe llega a los 28,61 euros.
