el gobierno no encuentra la implicación ciudadana

El Día de Ceuta, en el centro de la polémica

El 2 de septiembre es un día polémico por lo que implica históricamente para unos, por ser un día con falta de actividades para otros y por ser una jornada en la que solo se entregan medallas para otros tantos.

mar ceuta panorámica
photo_camera Vista de Ceuta (C.A.)

La ciudad celebra su día grande el 2 de septiembre. Un día que no está libre de polémica por varios motivos. En primer lugar hay quienes, como denuncia cada año Caballas, no consideran que el segundo día del mes de septiembre sea un día para celebrar nada, ya que tal día como ese de 1415 la Armada portuguesa desembarcó en la ciudad. De los más de dos siglos en los que la ciudad  fue portuguesa son recuerdo la bandera, el escudo y el bastón de mando (aleo) y que simboliza aún hoy el poder municipal. Incluso la patrona es una talla de principios del siglo XV que envió Enrique El Navegante. Restos de aquellos días son también las Murallas Reales, símbolo de la localidad y que, construidas en el 962, fueron ampliadas y reforzadas por los portugueses.

Dejando a un lado los vestigios históricos, Caballas considera que esa fecha hubo una auténtica masacre en la ciudad y que por tanto no hay nada que festejar. La formación opta por trasladar esta efeméride al 13 de febrero. Ese día de 1640, la ciudad decide mantenerse bajo la soberanía de Felipe IV en lugar estar al mando del nuevo rey luso, el duque de Braganza rebautizado como Juan IV, que logró el trono tras una conspiración. El Tratado de Lisboa de 1668 ratifica la soberanía española sobre Ceuta y reconoce la independencia de Portugal.

Las críticas al Día de Ceuta continúan con los actos organizados. Con el paso de los años las actividades que se preparan para conmemorar este día han ido perdiendo fuelle, si bien en 2014 hubo hasta una Noche en Blanco y se celebraron actividades deportivas para todas las edades. En este sentido, Ciudadanos ha criticado que las actividades hayan sido escasas y "poco festivas" y se hayan olvidado de las barriadas donde se podrían haber organizado torneos o juegos. Este año los actos se han centrado en visitas turísticas por la ciudad o paseos en el barco del Desnarigado, que tuvieron que ampliar sus plazas ante el aluvión de personas que acudieron.

Si bien es cierto que el Gobierno de la ciudad ha puesto en marcha una campaña a través de las redes sociales en la que invitaba a los ciudadanos a hacerse una foto con la bandera de Ceuta y de España con el hagstag #soyceuta, a tenor de las fotos enviadas la iniciativa no ha tenido demasiado éxito entre los caballas de a pie. Parece que el Ejecutivo no es capaz de llegar a los ciudadanos para que se impliquen en este día. El acto institucional que cada año otorga las medallas de la autonomía tampoco se libra de la polémica. Desde el Gobierno se invita a los ciudadanos a participar pero ¿quién iría a un acto que dura una hora y media no presenta ningún tipo de aliciente a no ser que se sea familiar o amigo de alguno de los galardonado?

Y de trasfondo a todas estas críticas, cientos de ceutíes han aprovechado el puente para abandonar la ciudad y alargar un poco más el verano. Y por último, cada año que se debate el calendario laboral sobre la mesa declarar o no día festivo el Día de la ciudad, algo que no se entiende si miramos a lo que sucede en el resto del país.

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