El magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, ha participado este viernes en las décimas Jornadas Jurídicas que se están celebrando en nuestra ciudad. Una persona que ha saltado a la palestra por ser uno de los jueces del procés.
Llanera es el encargado de instruir el proceso abierto a raíz de la declaración unilateral de independencia de Cataluña. Una de las causas judiciales más importantes que se han instruido en nuestro país en las últimas décadas.
Hoy, Llanera ha dejado a un lado el tema catalán y se ha centrado en "Las reglas de la exclusión de la prueba ilícitamente obtenida y sus excepciones".
El magistrado ha iniciado su ponencia realizando un recorrido histórico del procedimiento penal. "Antes el objetivo era que ningún delito quedara impune, se le daba altas facultades a la policía y la prueba no se valoraba de manera racional".
Poco a poco este proceso ha ido evolucionando y se han ido añadiendo novedades en la exposición de las pruebas.
Desde hace unos años, en todo proceso judicial es obligatorio excluir aquella prueba obtenida de manera ilícita. A esta norma le han aparecido excepciones.
Pablo Llarena -que ingresó en la Carrera Judicial por oposición en 1989- es un amante del derecho, materia con la que creció en casa al ser hijo de un matrimonio de abogados. Es un magistrado que, paradojas de la vida, hizo la mayor parte de su carrera como jurista en Cataluña para años después ser el instructor del procés. Fue presidente de la Audiencia Provincial de Barcelona, órgano al que se incorporó en 1998, donde dejó un “buen recuerdo” como jefe al hacer gala de su carácter dialogante.
Además, ha ejercido como profesor de la Escuela de Práctica Profesional de la Abogacía de la Universidad Autónoma de Barcelona y profesor colaborador de un postgrado en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Barcelona.
