INFORME "RELACIONES ESPAÑA-MARRUECOS"

Elcano inspira a Elcano

Ceuta avanza hacia un conflicto político y social que podría llegar a manifestarse como conflicto étnico-religioso. Ésta es una de las conclusiones reflejadas en el informe del Instituto Elcano “Relaciones España-Marruecos”, presentado el pasado martes. La advertencia no es desconocida pues, curiosamente, las siete páginas que el documento dedica a las dos ciudades autónomas son reproducción casi literal de un epígrafe del informe “España mirando al sur: del Mediterráneo al Sahel”, hecho público por el mismo instituto Elcano el diciembre del pasado año.

MAR
photo_camera Panorámica de Ceuta tomada desde Marruecos/ ANTONIO SEMPERE

El informe “Relaciones España-Marruecos”, presentado esta misma semana por el Instituto Elcano, resulta contundente en sus afirmaciones sobre las dos ciudades autónomas: “La estructura económica de las ciudades no permite integrar en condiciones aceptables este aumento de población y el resultado son tasas de paro muy altas (el 38% y el 32%, respectivamente, en Ceuta y Melilla), así como los peores indicadores españoles de marginación social. Como consecuencia, existe un riesgo de conflictos sociales que pueden expresarse como conflictos étnicoreligiosos”.

La severa advertencia no es nueva. En diciembre del pasado año, el Instituto Elcano hacía público el documento “España mirando al sur: del Mediterráneo al Sahel”, donde se contenía un epígrafe dedicado a Ceuta y Melilla. Uno de sus párrafos rezaba, en íntima sincronía con el dossier dado a conocer el pasado martes: “La estructura económica de las ciudades no permite integrar en condiciones aceptables este aumento de población y el resultado son tasas de paro muy altas (38% y 32% respectivamente en Ceuta y Melilla), los peores indicadores españoles de marginación social y, en consecuencia el riesgo de conflictos sociales que pueden expresarse como conflictos étnico-religiosos”.

Los paralelismos advertidos entre ambos informes se extienden a la totalidad del capítulo que, bajo el título “Los retos de Ceuta y Melilla”, desarrolla el último documento de trabajo de Elcano. De hecho, éste es en la práctica totalidad de su extensión una reproducción literal de su precedente de diciembre de 2014.

Los estudios elaborados por el Instituto Elcano, un think tank español de estudios internacionales y estratégicos, han sido recibidos en no pocas ocasiones con desagrado y rechazo por amplios sectores de la política y sociedad ceutíes, básicamente entre aquéllos que podrían identificarse como custodios del tópico que describe Ceuta como un “modelo de convivencia” y, en este caso con no poco lirismo, como un “crisol de culturas”.

Un ejemplo de ello lo ofrecía a finales del pasado año el por entonces portavoz del Gobierno local, Emilio Carreira, quien, ante la alerta contenida en el informe “España mirando al sur” sobre un riesgo de “marroquinización” en Ceuta y Melilla oponía: “La españolidad de Ceuta no está en cuestión”.

Las revelaciones aportadas por los investigadores de Elcano se acogen en la ciudad o con indignadas críticas o, las más de las veces, con indisimulada indiferencia. Fernando Reinares y Carola García-Calvo, dos de los más prestigiosos analistas del instituto, advertían este mismo mes de la existencia en España de un terrorismo autóctono o homegrown del cual Ceuta y Melilla constituirían sus focos principales. La afirmación no ha merecido el más mínimo comentario de las autoridades de la Ciudad ni de las formaciones políticas locales.

 

Parecidos razonables

Haizam Amirah Fernández es el coordinador del dossier “Relaciones España-Marruecos”, un trabajo que implica a varios investigadores del instituto. La extraordinaria semejanza entre los contenidos dedicados en el documento a Ceuta y Melilla y los que aparecían en el informe “España mirando al sur”, coordinado por Félix Arteaga, alimentará, sin duda, a los detractores de los estudios de Elcano en las dos ciudades norteafricanas. Y ello porque la aludida semejanza es, en realidad, una reproducción textual en la mayoría de sus párrafos del trabajo avalado por Arteaga. Lo cual, sin embargo, no esconde el alcance de los datos consignados y las conclusiones alcanzadas por los analistas de la institución. Aunque ya se conozcan desde hace un año.

Los investigadores de Elcano sostienen que la evolución demográfica registrada en Ceuta y Melilla, con las mayores tasas de nupcialidad y natalidad del país,  y la incapacidad que atribuyen a la estructura económica de ambas ciudades para favorecer la integración abocan a un futuro con serios riesgos de conflictos sociales y políticos. Tales quiebras en la convivencia podrían manifestarse como un conflicto étnico-religioso. “El grueso de la población musulmana tiene menores porcentajes de actividad y de ocupación, reside en peores viviendas y barrios en peor estado, y sufre un mayor fracaso escolar que se refleja en las estadísticas educativas como un fracaso general de ambas ciudades”, señalan, idénticos, los informes coordinados con un año de diferencia por Arteaga y Amirah Fernández.

El Instituto Elcano advierte de que el nexo social entre las comunidades que identifica como “hispana” y “musulmana” es débil, conclusión que avala en la separación física de ambos grupos en distintas barriadas y colegios o en el escaso peso de los matrimonios mixtos.

La fragmentación étnica del voto y el “cambio de identidad” son otros de los riesgos que consigna la institución en sus estudios. Éstos constatan la tendencia de una parte de la población “de origen español” a trasladarse a la Península frente al “adoctrinamiento en valores identitarios” fomentados en las mezquitas desde la que predican imames marroquíes.

Estas premisas conducen a los investigadores a un controvertido corolario: si bien no hay que temer a corto plazo que la población “de origen marroquí” de Ceuta y Melilla acabe apoyando las reivindicaciones de Marruecos sobre la soberanía de ambas ciudades, las cosas podrían cambiar en un periodo de tiempo más largo. “A mayor plazo, esa previsión podría variar porque progresivamente se incrementará el peso político de las –hasta ahora– minorías, pasando de estar en condiciones de obtener concesiones de los partidos mayoritarios a desplazar a esos partidos y estar en condiciones de reforzar las señas de identidad musulmanas, bereberes o marroquíes, provocando una tensión centro-periferia semejante a la que existe entre el gobierno de España y varias Comunidades Autónomas, con la importante diferencia de que esas señas de identidad son compartidas en este caso con el país vecino que, además, reclama su soberanía”, puede leerse en los dos informes de Elcano aludidos en este artículo.

Este tipo de aseveraciones molesta, particularmente, a las organizaciones políticas y sociales donde el peso de la comunidad musulmana es mayor. La diputada a la Asamblea por MDyC, Fátima Hamed, llegaba a acusar el pasado febrero al Instituto Elcano de “estigmatizar” a los musulmanes ceutíes con sus reflexiones sobre el avance del yihadismo en los territorios españoles del norte de África.

 

Sobre economía

El Instituto Elcano reprocha a las autoridades españolas un errado enfoque económico sobre la realidad de Ceuta y Melilla que, según el informe presentado esta semana, resulta “caduco y abocado al agotamiento”.

El peso del denominado comercio atípico generado con Marruecos y el “anacronismo” de la exclusión de ambas ciudades de la Unión Aduanera son realidades a las que aluden los estudios del think tank. Los investigadores concluyen que resultaría necesario detenerse en la valoración de las distintas opciones que se abren al encaje económico de las dos ciudades.