El centro de acogida de menores extranjeros no acompañados La Esperanza está “desbordado”. La señal de alarma ha sido lanzada por el sindicato CCOO en un extenso comunicado en el que advierte de que las instalaciones se encuentran “a punto del colapso”.
El sindicato alerta de una sobreocupación que en momentos concretos supera los 200 menores y con una plantilla de personal inferior a aquélla de la que disponía cuando fue inaugurado hace 17 años. CCOO insiste en que las dependencias no reúnen las condiciones idóneas para servir al fin que le ha sido asignado ya que en su día fue creado para cubrir la función de albergue provisional para familias en riesgo de exclusión social.
La crítica más llamativa de cuantas profiere el sindicato en su nota está contenida en su afirmación de que “un gran número” de los menores extranjeros no acompañados acogidos no reúnen el perfil para ser considerados en tal categoría. Según los denunciantes, los menores mantienen contactos regulares en sus salidas del centro con sus familias, padres o tutores, quienes acuden a las instalaciones a recogerlos en sus vehículos particulares. CCOO asegura que los familiares estarían localizados en Ceuta, Castillejos o Tetuán. Para ilustrar su denuncia, el sindicato explica que el número de acogidos se reduce significativamente en las fechas coincidentes con la celebración de las fiestas del calendario religioso musulmán. “Lo que nos lleva a pensar que, si bien existen situaciones de verdaderos desamparos, también las hay de fraude manifiesto en las situaciones ya expuestas”, se concluye en el comunicado.
CCOO denuncia que pese a los informes que detallan la existencia de estos fraudes no se han adoptado medidas para evitarlos.
El sindicato alude también al “gran número” de incidentes que se han registrado en el centro y cuyas consecuencias han sido “minimizadas” por la actuación de la Policía Local.
En su denuncia, CCOO también advierte de los perjuicios que esta situación de sobreocupación y falta de medios está ocasionando a los trabajadores. “Desgaste físico y mental”, situación de interinidad laboral de buena parte de los empleados del centro, falta de un seguro de responsabilidad civil que ampare a la plantilla, ausencia de un plan de salud ante posibles brotes de enfermedades o la negativa de la administración a reconocer a los empleados los pluses de toxicidad y peligrosidad son algunas de las quejas planteadas por el sindicato.
