territorios peninsulares reclaman el estatus que el estado reconoce a la ciudad

La excepcionalidad no es una condición exclusiva de Ceuta

La excepcionalidad que permite a Ceuta disfrutar de un estatus político y administrativo singular y de un régimen fiscal especial es reclamada por otros territorios españoles que ven en los beneficios dispensados a la ciudad una palanca de desarrollo.

Bandera de España en el Paseo de la Marina (C.A.)
photo_camera Bandera de España en el Paseo de la Marina (C.A.)

No sólo Ceuta tiene sus especificidades. Algunos territorios españoles claman por que el Estado reconozca sus condiciones económicas, geográficas o demográficas para recibir un trato diferencial.

El Régimen Fiscal Especial de la Ciudad se aparece a muchos españoles como un espejo donde buscar una solución para acabar con el languidecimiento de sus provincias y regiones.

Medidas como las deducciones aplicadas al Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que los últimos Presupuestos Generales del Estado elevaron hasta el 60%, o las bonificaciones a servicios esenciales configuran un instrumento que no pocos territorios anhelan poseer para propiciar su desarrollo. Este trato fiscal especial favorece, además, la puesta a disposición de la Ciudad de herramientas para dinamizar la economía local. Tal es el caso, por ejemplo, de la reducción al 50% de la tributación sobre el juego online aprobada para Ceuta y Melilla.

La excepcionalidad fiscal vigente en Ceuta, Melilla y Canarias ha inspirado a la Red de Áreas Escasamente Pobladas del Sur de Europa, una entidad cuya creación fue promovida por las asociaciones empresariales de Cuenca, Teruel y Soria y que actualmente integra a otras entidades preocupadas por el avance de la despoblación en el medio rural.

La Red ha presentado en estos días un informe de la Universidad de Valladolid que propone que las áreas con poblaciones reducidas se beneficien de un sistema tributario similar a aquel del que disfrutan los territorios periféricos.

Cuenca, Soria y Teruel constituyen el modelo, el que configuran territorios con menos de 12 habitantes por kilómetro cuadrado.

El estudio de la universidad vallisoletana  propone, a la postre, la reducción de un 50% en el pago del IRPF y en los impuestos de patrimonio, sucesiones, donaciones y sociedades.

 

Desde La Línea

Pero no son sólo las excepciones fiscales las que se observan con envidia desde la Península. El pleno del Ayuntamiento de La Línea aprobaba el pasado enero una moción en la que se proponía la convocatoria de una consulta popular para la conversión del municipio en ciudad autónoma, a imagen y semejanza de Ceuta y Melilla.

Los linenses comparten con los ceutíes un sentimiento de pertenencia a una entidad política singular, caracterizada por su excepcionalidad. La condición fronteriza del municipio gaditano condiciona su economía y configuración social. La Línea arrastra un paro endémico que ronda el 30%, mantiene una dependencia insoslayable con Gibraltar, cuya economía ocupa a miles de linenses,  soporta las consecuencias de actividades ilícitas como el contrabando de tabaco o el tráfico de drogas. Y todo ello con el escenario inmediato de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, lo que decididamente afectará a sus vecinos, los principales empleadores del municipio.