SALAZONERO

García Castro: "El aroma que da el mar no se consigue en ningún lado"

Pedro García Castro es uno de los más jóvenes salazoneros, encargado de preservar una vieja tradición gastronómica caballa. Educado en la artesanía del secado de pescado por su padre, se declara un enamorado de su oficio. 

“Te tiene que gustar mucho y llevarlo dentro: la receta es pescado, sal y cariño”. Pedro García Castro es un salazonero vocacional. Continuador de una tradición típicamente caballa, fue educado en esta artesanía gastronómica por su padre, quien advirtió en el pequeño Pedro una manifiesta inclinación hacia los salazones.

“El aroma da la mar no se consigue en ningún lado –explica el joven salazonero- Uno acaba logrando su propio toque, compensando el agua y la sal, pero, claro, eso no es un huevo que se echa a freír: yo llevo ya 28 años en esto”.

García Castro ya se ha garantizado el futuro a través de su hija María. “Mi niña tiene 14 años y te hace un pedazo de pescado que te quita el sentido”, se enorgullece.