La Comunidad Romaní de Ceuta está de enhorabuena. El presidente de la entidad, Miguel Jiménez, celebraba ayer el reconocimiento por el Tribunal Supremo de Alemania del genocidio gitano. “Es una noticia alentadora”, se ha felicitado Jiménez.
La presidenta del alto tribunal germano, Bettina Limperg, ha exigido la revisión de la sentencia discriminatorias dictadas contra los pueblos gitanos sinti y roma. El 7 de enero de 1956, los jueces del Tribunal Supremo pronunciaron un fallo que, a la larga, serviría de precedente para negar el pago a los gitanos perseguidos por los nazis.
Esa sentencia reconocía el trato “legítimo” como miembros “de otra especie” dispensado a los gitanos, argumentando lo dispuesto en el ordenamiento jurídico vigente en tiempos de Hitler. “Como muestra la experiencia, los gitanos tienden a la delincuencia, sobre todo a robos y estafas, y carecen a menudo del impulso moral del respeto hacia la propiedad ajena”, llegaba a asegurarse en la sentencia.
En 1963 el Tribunal Supremo reconoció en una modificación de la sentencia de 1956 el derecho a indemnización de los sinti y roma, pero no se distanció de las definiciones racistas.
Se calcula que más de medio millón de sinti y roma procedentes de once países de Europa fueron exterminados por el régimen nacionalsocialista.