Apenas ha comenzado la temporada estival y ya hay un tema del verano, aunque no del agrado de la ciudadanía: la calidad de la arena que se ha trasladado a la playa de la Ribera. Una reposición que obedece a los trabajos enmarcados en las actuaciones derivadas del temporal que sufrió la ciudad el pasado febrero. Hasta ahí, ningún problema, que surge cuando los usuarios acceden a la costa. No es una arena costera, es compacta, con piedras, y "de peor calidad", reconocía el lunes el presidente de la Ciudad.
Las quejas no dejan de proliferar, mientras el Gobierno intenta de parar el golpe, calmando a la ciudadanía de que se trabaja, ahora, en que tenga la textura o tamaño que demandan los usuarios. Sin embargo, después de varias semanas con el tema candente, desde el Ejecutivo hoy se han liberado de todo tipo de responsabilidad en cuanto al ámbito competencial para la toma de decisiones se refiere. "No ha sido nuestra decisión", ha dicho este viernes el portavoz del Gobierno al ser preguntado por ello. "¿Entonces de quién?", le interpelaba el mismo periodista. "Lo desconocemos, las actuaciones se enmarcan en el plan impulsado por la Administración central, nosotros no tenemos nada que ver", concluía Alberto Gaitán,
El portavoz del Ejecutivo intentaba zanjar el tema explicando todas las actuaciones que se han desarrollado en las costas de la ciudad durante las últimas semanas al objeto de prepararlas para el inicio de la temporada: redes antimedusas, instalación del mobiliario, servicio de socorrismo, agentes de la Policía Local o el servicio de recogida de algas que desempeña Tragsa.
